La gran manifestación de «reencuentro» convocada por EH Bildu este sábado en Bilbo (La Casilla, 17.30) ha sido puesta en entredicho desde ciertos medios y cargos del PNV desde la mañana del martes, aludiendo al número de contagios en ascenso y la necesidad de extremar cautelas. Todo ello pese a que el Gobierno de Lakua no ha arbitrado medidas especiales de contención, después de haber levantado la emergencia sanitaria el 6 de octubre, y a que Bilbo no está entre las localidades en «zona roja».

Tampoco es precisamente el único acto de masas previsto este fin de semana (por citar un ejemplo hay un Real Sociedad-Valencia en Anoeta), por lo que ha resultado llamativo el énfasis puesto en torno a la movilización desde EiTB e incluso desde este tuit del presidente del EBB, Andoni Ortuzar.

No tengo ninguna duda de que EH Bildu hará todo lo que tenga que hacer para garantizar que la manifestación del sábado se desarrolle con garantías sanitarias y conforme a las directrices vigentes.

— Andoni Ortuzar (@andoniortuzar) November 17, 2021

Desde medios de comunicación públicos en la CAV ya se observó insistencia en señalar a esta convocatoria desde la mañana del martes. Paradójicamente también, fue al mismo tiempo que el Gobierno de Lakua se limitaba a formular recomendaciones a ayuntamientos de municipios que superan los 400 contagios de incidencia acumulada en 14 días, incluidos los que en este fin de semana tienen previstas celebraciones populares o los que avanzan en los preparativos de Santo Tomás.

Este miércoles, tras el Consejo de Gobierno, el portavoz Bingen Zupiria ha ampliado el foco, pero siempre también en direcciones diferentes a las de su partido. Incluyendo una alusión clara al PSE, que este sábado y domingo oficializará en el Euskalduna de Bilbo el relevo de Idoia Mendia por Eneko Andueza ante 354 delegados y decenas de invitados.

Así, Zupiria ha pedido a quien organice «una manifestación, un congreso o un concierto» que respete las medidas de seguridad y haga cumplir «las normas en vigor». Cabe entender que alude con ello a la apelación a llevar mascarilla si no se pueden mantener las distancias de seguridad.

Más curioso aún ha sido que se intente responsabilizar a EH Bildu del momento en que «lleguen personas de otros municipios y llenen las calles de Bilbo», puesto que las carencias en el servicio público de transporte son uno de los aspectos que más quejas generan en la ciudadanía por riesgo de contagio. Algo común y diario, cabe añadir parafraseando a Zupiria, ya se acuda a un partido de fútbol, a un concierto, a un congreso, a una manifestación o a una rueda de prensa.

Este cuadro de situación queda incompleto si no se recuerda que EH Bildu ha sido la fuerza política más insistente en reclamar a las instituciones medidas de control de la pandemia o en cuestionar el levantamiento de la emergencia sanitaria. Ayuntamientos con gobiernos suyos, como el de Azpeitia, se anticiparon en su día a plantear cierres de protección contra el virus ante la inacción del Ejecutivo de Lakua, sobre todo al inicio de la segunda ola.

En las redes sociales no ha pasado desapercibida esta intencionalidad en los mensajes, y hay quien ha comparado la actitud del PNV o EiTB con el afán del PP de imputar el estallido del covid hace año y medio a las movilizaciones feministas del 8 de Marzo.