Joseba Salbador

La otra pandemia que no cesa

Cinco mujeres –una más que en 2020– han muerto en lo que va de año en Euskal Herria a causa de la violencia machista y al menos otras cinco han tenido que ser hospitalizadas en estado grave, mientras que los delitos contra la libertad sexual suben un 12,8% y las violaciones un 44,7%.

Concentración en Sestao por la muerte de una mujer a manos de su marido el 12 de febrero.  (Aritz LOIOLA/FOKU)
Concentración en Sestao por la muerte de una mujer a manos de su marido el 12 de febrero. (Aritz LOIOLA/FOKU)

Otro año más, esta jornada del 25-N vuelve a estar marcada por la violencia machista contra la mujer. En lo que va de 2021, cinco mujeres han muerto en circunstancias violentas en Euskal Herria. La primera muerte se producía nada más comenzar el año, el día 4, cuando fue hallado el cadáver de una vecina de Donostia de 32 años, Aintzane Pujana, que se encontraba desaparecida desde el 1 de enero. El cadáver, que presentaba heridas de arma blanca, apareció en una zona de matorrales junto al río Urola en Aizarnazabal.

A los pocos días, dos personas, un hombre de 24 años y una mujer de 23, eran detenidas por estos hechos. La investigación apuntó a que la mujer fallecida habría sido explotada sexualmente por los arrestados, quienes además la habrían mantenido retenida contra su voluntad.

Un mes más tarde, el 12 de febrero, se producía la segunda muerte violenta, en este caso en Sestao. En esta localidad vizcaina, Conchi González, de 56 años, moría en su casa como consecuencia de las heridas provocadas con un hacha por su marido, que tras la agresión se suicidó tirándose a la ría. El cadáver de la mujer fue hallado cuando los ertzainas acudieron al domicilio familiar tras recuperar el cuerpo del hombre.

Un caso similar se produjo el 15 de abril en Biarritz, donde un hombre mató a su esposa antes de suicidarse. Se trataba de un matrimonio de avanzada edad y, al parecer, el hombre utilizó una escopeta de caza. Los cuerpos sin vida fueron encontrados en su domicilio del barrio Aguilera de Biarritz.

La cuarta muerte violenta se produjo en la localidad navarra de Murchante, donde María Pilar Berrio Jiménez, de 43 años, moría apuñalada mientras viajaba en su coche en compañía de sus dos hijos de 5 y 9 años. El agresor, cuñado de la víctima, les embistió con su vehículo y, tras sacarles de la carretera, apuñaló a la mujer y huyó del lugar. Después de 33 horas de fuga, fue detenido por la Ertzaintza en Donostia e ingresó en prisión.

La quinta muerte se producía el 12 de octubre en el barrio Sansomendi de Gasteiz, donde Erika Tavares, de 32 años, fallecía en su domicilio degollada por su pareja, que posteriormente se quitaba la vida con el mismo cuchillo, mientras en la casa permanecían lo dos hijos de la pareja, de 17 y 13 años.

Heridas de gravedad
Además de estas muertes, en lo que va de año se han producido múltiples ataques con armas que han provocado la hospitalización de las víctimas. Es el caso de la agresión protagonizada el 26 de abril en Biarritz, donde un hombre de 68 años disparó con su arma a su pareja provocándole graves heridas, aunque sin riesgo para su vida.

Otra agresión especialmente trágica se producía el 11 de junio en Basauri, donde un joven de 24 años fue detenido tras atacar con un cuchillo a su pareja, que se encontraba embarazada, y a la que no se podía acercar por tener vigente una orden de alejamiento. Mientras la mujer era trasladada a un centro hospitalario, la Ertzaintza inició la búsqueda del  agresor, que fue localizado y arrestado poco después en su domicilio de Berriz.

En esta misma localidad, el 26 de julio un hombre era detenido tras herir gravemente a su pareja con un cuchillo y después huir del lugar con el bebé de unas semanas que les acompañaba. La mujer tuvo que ser evacuada por un helicóptero medicalizado al hospital de Cruces a causa de la gravedad de las heridas. El agresor fue localizado poco después y detenido.

Otra mujer fue también acuchillada en su domicilio en Ziburu el 20 de agosto por un hombre que fue detenido al cabo de tres días. La mujer fue ingresada en el hospital con pronóstico grave, aunque su vida no corría peligro.
Y el pasado día 13 de noviembre, un hombre de 33 años era detenido en Mutriku por agredir a su pareja en el domicilio familiar, tras lo que fue trasladada al hospital para atenderle de las lesiones sufridas.

Más delitos contra la libertad sexual

Entre enero y setiembre, se contabilizaron un total de 5.216 casos de violencia contra las mujeres, 4.003 en la CAV y 1.213 en Nafarroa. Este año llama la atención el notable aumento de los delitos contra la libertad sexual de las mujeres. Según el balance de criminalidad hecho público por el Ministerio español de Interior, entre enero y setiembre se registraron en Hego Euskal Herria un total de 677 delitos contra la libertad e indemnidad sexual, lo que supone un 12,8% más que los 600 del mismo periodo de 2020.

Dentro de este capítulo, llama la atención el fuerte incremento de las violaciones, que pasan de las 72 de 2020 a las 97 de este año, lo que supone un 44,7% más. Por territorios, destaca el caso de Araba, donde el aumento alcanza el 120% (de 5 casos a 11) o Nafarroa, con un incremento del 78,6% (de 14 casos a 25). En Bizkaia y Gipuzkoa también se dan más casos, aunque con subidas del 34,4% y del 12,5% respectivamente.

Los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior no coinciden con los de Emakunde, que recoge un número inferior de denuncias por delitos contra la libertad sexual, en concreto 312 casos hasta setiembre (frente a los 420 en la CAV del Ministerio de Interior).

Según la información recabada por Emakunde, el aumento de este tipo de ataques se produjo especialmente entre los meses de mayo y junio, lo que supuso un cambio de tendencia, ya que hasta abril se habían ido reduciendo mes a mes las agresiones contra la libertad sexual.
En este sentido, la Policía Foral advirtió a principios de año de un repunte en Nafarroa, tras la tendencia de descenso que se había producido en los meses anteriores por las restricciones en la movilidad y la ausencia de fiestas.

Uno de los casos más graves se producía precisamente en las no fiestas de Plentzia, el 29 de agosto, donde una joven de 17 años denunció haber sufrido una violación múltiple en la playa, después de que se hubiese separado de sus amigas. Según indicó, un primer chico se sobrepasó con ella y después se unió otro. No hubo detenciones.

Otro hecho similar se produjo el 25 de setiembre en Bilbo, donde una mujer denunció haber sido drogada y agredida sexualmente por varios hombres en un piso del Casco Viejo.

Más de 5.000 mujeres necesitan protección policial en la CAV

El número de mujeres que necesita protección policial por violencia machista en la Comunidad Autónoma Vasca supera ya la barrera de las 5.000, con 5.038 mujeres protegidas por la Ertzaintza a través de algún tipo de vigilancia (257 más que el año pasado). De ellas, 3.516 lo son por orden judicial, mientras que las 1.522 restantes reciben esa protección atendiendo a los protocolos policiales que analizan el riesgo de cada víctima.

Estos datos fueron dados a conocer por Josu Erkoreka, vicelehendakari segundo y consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, durante la presentación de los presupuestos de su Departamento para el próximo año. Según explicó, la partida destinada a la protección de víctimas de violencia de género se elevará el año que viene hasta los 7,9 millones, 100.000 euros más que el año pasado.

De hecho, el número de mujeres protegidas por la Ertzaintza se ha incrementado un 10% en tres años y las denuncias por violencia de género han vuelto a niveles prepandémicos. Esa vigilancia a 5.038 mujeres se presenta como un factor fundamental en la lucha contra la violencia machista y ha sido una de las claves para evitar que, tanto en 2019 como 2020, se produjeran más víctimas mortales en la CAV. En todo caso, es necesario que se presente una denuncia para que se active esa vigilancia.

A los casi 8 millones de euros destinados a la protección de mujeres víctimas de violencia machista hay que sumar 73.355 euros que se destinarán a la iniciativa Bortxa, una aplicación de teléfono móvil que permite una rápida comunicación con la Ertzaintza y SOS Deiak. Esta app dispone de un sistema de alarma con geolocalización que permite una rápida intervención. En este momento, 248 mujeres utilizan esta aplicación en sus teléfonos móviles.

El Departamento de Seguridad, además, ha anunciado que pondrá en marcha a finales de año el proyecto EBA, para crear y compartir todos los expedientes, homologar las evaluaciones de riesgo y establecer la protección adecuada según el nivel que se diagnostique.