La corte número 13 de la Queen's Bench Division del Tribunal Superior de Londres ha empezado a examinar este lunes el caso presentado por Corinna Larsen, antigua amante de Juan Carlos de Borbón, contra el exjefe de Estado español por haber sido víctima de presunto acoso desde 2012. Larsen pidió una orden de alejamiento y una indemnización al reu emérito.
El magistrado Matthew Nicklin está a cargo de las dos audiencias judiciales –este lunes y martes– programadas en la corte inglesa, en la que deberá decidirse si el emérito goza de inmunidad, lo que determinará si la demanda podrá o no ser examinada por la Justicia inglesa.
Larsen le acusa de haberla sometido a «acoso» desde 2012 hasta el presente, personalmente o bien a través de «agentes» a su servicio. Esas acciones «amenazaron» su seguridad y la de sus hijos, asegura la demandante.
De acuerdo con el argumento de la defensa, al que Efe ha tenido acceso, el emérito tiene inmunidad en virtud de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y de la Ley británica sobre Inmunidad, que hace referencia a la inmunidad de extranjeros.
El argumento, firmado por el abogado Daniel Bethlehem y la profesora Philippa Webb, ambos expertos en relaciones internacionales, dice que Juan Carlos de Borbón tiene derecho a la inmunidad frente a las cortes inglesas y que, por lo tanto, la corte no tiene jurisdicción en este caso.
El turno de Corinna Larsen
Este martes está previsto que los abogados de Corinna Larsen presenten sus argumentos sobre la demanda.
Además de presunto acoso, en la demanda se aborda un pago de 65 millones de euros (76 millones de dólares) que el emérito hizo presuntamente a su examante, parte supuestamente de un dinero que el difunto rey de Arabia Saudí había enviado a una cuenta bancaria en Suiza vinculada con una fundación con ventajas fiscales con sede en Panamá, y cuyo beneficiario era Juan Carlos de Borbón.
El pasado enero, Larsen declaró como testigo, a través de videoconferencia desde una corte inglesa, en un juicio celebrado en Madrid contra el excomisario español José Villarejo.
En su intervención aseguró que recibió reiteradas amenazas del exjefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán.
«Por supuesto me aterrorizó, aterrorizarían a cualquiera. El hecho de que el jefe de seguridad viniese a visitarme a Londres ya era bastante escalofriante», afirmó entonces.