Marcelino consiguió levantar el ánimo de los jugadores en sus primeras semanas al frente del Athletic. El asturiano ejerció de revulsivo para un equipo alicaído y, además de ganar la Supercopa contra todo pronóstico, logró la clasificación para la final de Copa.
Entre enero y el inicio de marzo de 2021, el Athletic anotó 30 goles en 15 partidos. En esa etapa se consiguieron goleadas contra el Getafe en San Mamés (5-1) y Cádiz (0-4) fuera de casa. A partir de meterse en la segunda final, el equipo fue decayendo en sus prestaciones y acabó la temporada en la zona media de la tabla tras los batacazos en las finales.
Pronto se cumplirá un año de la llegada a Bilbo de Marcelino y los problemas siguen siendo prácticamente idénticos en el apartado ofensivo. El dato es elocuente, los rojiblancos no han superado los 50 goles en Liga desde la campaña 2016-17 y con ese balance ofensivo ha sido imposible lograr la clasificación para competiciones europeas, objetivo marcado desde el club para esta temporada.
Si se repara a las cifras de las primeras 16 jornadas, el Athletic de Marcelino ha firmado el peor registro goleador del siglo XXI. Con apenas 13 goles a favor, es la cifra más baja en el inicio de una temporada. Resulta llamativo que, incluso cuando se coqueteó con el descenso en el bienio negro, el Athletic logró anotar en más ocasiones. Fueron 16 goles en la campaña con Mendilibar y Clemente en el banquillo en la temporada 2005-06 y 18 tantos en el curso en el que se intercambiaron Sarriugarte y Mané en la 2006-07. En esta época el Athletic tenía en plantilla a atacantes veteranos como Urzaiz y Etxeberria junto a jóvenes sin experiencia en Primera como Llorente y Aduriz.
Por encontrar un halo de esperanza, el equipo tan solo marcó 14 goles a estas alturas de la temporada 2014-15. Era la segunda campaña con Valverde al frente y los rojiblancos tuvieron que compaginar Liga y Champions en el inicio del campeonato. Remontaron en la segunda vuelta para acabar séptimos y clasificarse para la Europa League gracias a llegar a una final de Copa. Esa temporada el equipo se quedó en 42 goles en Liga.
Asimismo, en la primera temporada con Caparrós (2007-08) y en la que comenzó Berizzo hasta ser sustituido por Garitano (2018-19), el conjunto rojiblanco no superó los 15 goles. Con el de Derio en el banquillo se habían marcado 19 tantos para la jornada 16 de las últimas dos campañas.
A pesar de unos números tan negativos en la faceta atacante, el Athletic de Marcelino se mantiene al acecho de los puestos europeos en la zona templada de la clasificación gracias a la excelente labor defensiva. Es junto al Sevilla, el equipo que menos ha encajado en Liga con 11 tantos. En este sentido, hay que recalcar que es el mejor balance defensivo de las últimas dos décadas. Tan solo se acercan los 12 goles que recibió el Athletic de Garitano la campaña anterior.
Sin goleador y falta de soluciones
En el último lustro, coincidiendo con el declive de Aduriz, la capacidad goleadora del equipo ha mermado de una manera drástica. Cada entrenador ha tratado de solventar el problema a su manera, pero no contar con un delantero centro específico ha terminado lastrando el juego ofensivo.
Y es que Aduriz, además de sus números extraordinarios, estaba arropado por más futbolistas con gol como Susaeta o centrocampistas como Beñat, San José y Mikel Rico que siempre aportaban algún tanto.
Raúl García era otro de los que acompañaba a Aduriz y después tomó su relevo llegando a marcar 15 goles en la temporada 2019-20. Va a cumplir 36 años a final de temporada y sus registros han ido bajando.
Mientras Muniain y Williams, que no olvidemos también compartieron vestuario con el donostiarra, se han convertido en las principales armas ofensivas del equipo. La temporada pasada se les sumó un Berenguer que anotó 9 goles entre Liga y Copa y este curso todavía no ha anotado.
Por muchas críticas que reciban porque no han alcanzado las cifras goleadoras de sus predecedores ni un rendimiento tan continuado, siguen siendo los jugadores más determinantes para el equipo en estos momentos. El capitán lleva 2 goles y 4 asistencias, además de provocar los dos tantos en propia puerta marcados por Rayo y Granada. Por su parte, Williams ha hecho 3 goles y ha dado una asistencia. Asimismo, Raúl García resiste y ha marcado otros tres tantos.
Iñigo Martínez, por partida doble, y Vivian a balón parado son los autores de los otros goles en este inicio del campeonato. Los jóvenes como Sancet y Nico Williams no se han estrenado todavía y Villalibre ha sufrido tres lesiones que le han impedido rendir en el campo.
Tampoco los centrocampistas del equipo se caracterizan por incorporarse desde segunda línea y son contadas las veces en las que pisan el área contraria. Ahí radica otra de las dificultades a superar para mejorar en la faceta ofensiva. El equipo está confeccionado para generar ocasiones tras robar, sufre para encontrar huecos cuando le dan la pelota y tampoco saca demasiado provecho de las bandas. En los últimos encuentros Marcelino ha puesto a Lekue por la izquierda para dotar al equipo de una mayor profundidad al seguir Yuri lesionado.
Salvo en los partidos contra Espanyol y Real Madrid, los remates a portería han sido escasos y tan solo ha anotado un gol elaborando una jugada. Fue el primer tanto ante el Villarreal en el que participaron Muniain, Williams y Raúl García.
El Athletic cerrará el año recibiendo en San Mamés a los tres primeros clasificados de la Liga. La cuesta prenavideña se inicia con el Sevilla y todo apunta a que Muniain estará disponible. No jugó en Getafe al arrastrar problemas musculares, pero este miércoles se ha ejercitado con sus compañeros en Lezama. Después viene el Betis y acaba con el Real Madrid. Los rojiblancos no han podido doblegar a los rivales de la parte baja de la Liga como Cádiz, Levante, Granda o Getafe. Han sumado 3 puntos de 12 posibles.
Parece una quimera aventurarse en mejorar los resultados, pero en el fútbol y con el Athletic de por medio, cualquier cosa es factible.