Los cazadores furtivos han matado en Sudáfrica al menos a 24 rinocerontes en las últimas dos semanas, han informado las autoridades medioambientales de este país. «Todavía no sabemos quiénes están detrás de estas cacerías, pero los guardabosques han arrestado a nueve presuntos furtivos desde que empezó diciembre y la Policía ha iniciado investigaciones», ha indicado el responsable de comunicaciones del Departamento de Silvicultura, Pesca y Medio Ambiente de Sudáfrica, Albi Modise.
Estos incidentes han tenido lugar en varios espacios naturales protegidos –incluido el más conocido y visitado, el Parque nacional de Kruger– del sur, oeste y norte del país.
Desde 2007, la caza furtiva –impulsada por la alta demanda de los cuernos de rinocerontes, sobre todo en China y algunos países del sudeste asiático– está llevando al borde de extinción a los rinocerontes negros, advierten organizaciones como Save The Rhino.
En los mencionados países existe una creencia de que el cuerno del rinoceronte tiene poderes curativos ante las más diversas enfermedades y propiedades afrodisíacas. Además, su alto precio hace que su mera posesión sea demostración de estatus social elevado.
El número de rinocerontes negros se redujo en un 85% entre 1973 y 2017, un hecho que empujó a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a clasificar a estos mamíferos como una especie «en peligro crítico de extinción».
En la actualidad, sólo existen alrededor de 5.000 rinocerontes negros en varios países del sur y el este de África.
Por otra parte, la caza furtiva y la pérdida de sus hábitat hicieron que las poblaciones africanas de rinocerontes blancos decreciesen un 12% entre 2012 y 2017, según la UICN.
El pasado mes de julio, las autoridades de Sudáfrica apuntaron que, desde el inicio del año, los cazadores furtivos habían matado al menos 249 rinocerontes para comerciar con sus cuernos.