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Duelo por el último de una notable generación de líderes africanos

Sudáfrica ha comenzado una semana de duelo con actos en memoria del Nobel de la Paz Desmond Tutu, que desembocarán el sábado en la celebración del funeral del «último de una extraordinariamente notable generación de líderes africanos», en palabras de Graça Machel, viuda de Mandela.

Policías sudafricanos colocan la bandera a media asta en la entrada del Parlamento, en Ciudad del Cabo.
Policías sudafricanos colocan la bandera a media asta en la entrada del Parlamento, en Ciudad del Cabo. (Rodger BOSCH | AFP)

Sudáfrica comenzó ayer una semana de luto por el arzobispo Desmond Tutu, una enorme figura moral en la lucha contra el apartheid que rigió desde 1948 hasta comienzos de los años 90.

El premio Nobel de la Paz, que murió el domingo a los 90 años, se había retirado de la vida pública en los últimos meses, visiblemente debilitado. Pero todos recuerdan su pequeña silueta violeta, su legendaria tenacidad y su franqueza para denunciar las injusticias y defender los derechos humanos frente a todos los poderes, pero también una la calidez de una comunicativa sonrisa de la que el país se siente huérfano

El presidente, Cyril Ramaphosa, que visitó a la familia en la casa del arzobispo en Ciudad del Cabo, recordó a la salida que «fue valiente, fue franco y lo amamos por eso, porque dio voz a quienes no la tienen».

Ramaphosa adelantó que el país observará hasta este viernes «un período de duelo durante el cual la bandera nacional ondeará a media asta» en edificios públicos y embajadas sudafricanas en el extranjero.

El presidente lloró el domingo la muerte de Tutu, a quien definió como «un icono global de la paz y la libertad», en un mensaje dirigido a la nación. «El arzobispo emérito Desmond Tutu fue uno de los mejores patriotas de nuestra nación», subrayó el jefe del Estado.

Funeral, el sábado

El funeral por Desmond Tutu está programado para el sábado en la catedral de Saint-Georges en Ciudad del Cabo, su antigua parroquia.

El cuerpo, que será depositado en la capilla ardiente el viernes, será incinerado y sus cenizas reposarán en la catedral.
La asistencia se limitará a unas 100 personas debido al covid, aunque más de 400 ya han expresado su intención de asistir a la celebración, según explicó la Iglesia Anglicana, que animó a los fieles a seguir la misa desde sus hogares.

«Solo una fracción de los que quieran estar allí pueden entrar a la catedral. Así que, por favor, no tomen un autobús para venir a Ciudad del Cabo», pidió el actual arzobispo, Thabo Makgoba.

El jueves, entre otros eventos planeados por todo el país, la fundación de Tutu celebrará una «noche íntima» a la que acudirán los amigos del arzobispo emérito y su viuda, Nomalizo Leah Tutu.

El viernes, la víspera del funeral, el féretro con el cuerpo de Tutu se expondrá en la catedral para que los sudafricanos puedan rendirle su último tributo, aunque esas visitas sufrirán también limitaciones por la pandemia de covid-19.

La viuda de Mandela llora a «un hermano»

“El Arco”, como se le conoce cariñosamente en Sudáfrica, «es el último de una extraordinariamente notable generación de líderes africanos», escribió  la viuda de Nelson Mandela, Graça Machel, sobre «la pérdida de un hermano». «Lloro la pérdida de un hermano, mi fiel amigo y mi líder espiritual», enfatizó Machel.

«Desde su púlpito, utilizando hábilmente su autoridad moral, ‘El Arco’ condenó con pasión el apartheid y pidió elocuentemente sanciones contra el régimen racista», recordó la activista mozambiqueña.

A pesar del «coraje indescriptible» que hacía falta entonces para luchar, «se mantuvo firme y sin miedo, liderando las manifestaciones, con su ropa clerical, y con su cruz como escudo», describió. La viuda de Mandela recordó también que a nivel personal Tutu fue quien instó a «Madiba y a mí» a formalizar su unión mediante un matrimonio.

«Cuando éramos jóvenes activistas, si el arzobispo Tutu estaba presente, la Policía o el Ejército nunca nos disparaban. ¿Por qué? No lo sabemos. Pero sirvió de escudo», tuiteó Panyaza Lesufi, uno de los líderes del Congreso Nacional Africano (ANC), el partido que enterró el apartheid y actualmente en el Gobierno, recordando así su autoridad moral que se extendía más allá de las propias filas del activismo antirracista.

Campanas a mediodía

Desde ayer y hasta el viernes, las campanas de la Catedral de San Jorge sonarán durante diez minutos a mediodía como parte de los actos de homenaje de esta semana.

El arzobispo de Ciudad del Cabo pidió a quienes escuchen su tañido «que se tomen un descanso de su apretada agenda» para recordar a Tutu.

Al igual que el domingo, ayer continuaron llegando mensajes de homenaje y recuerdo de todo el mundo, de activistas por los derechos humanos, de muchos jefes de Estado y también de autoridades religiosas, incluido el Papa Francisco.

«En los ojos de Desmond Tutu vimos el amor de Jesús (...) En su risa escuchamos el gozo de Jesús», indicó el líder espiritual anglicano Justin Welby. Su amigo el Dalai Lama aclamó a un «gran hombre, que vivió una vida llena de significado». Sus risas comunes, cuando bromeaban acerca de sus diferencias religiosas, son estos días el deleite de los canales de televisión del país que transmiten estas imágenes constantemente.

Docenas de sudafricanos continuaban ayer velando, a pesar de la lluvia, frente a la catedral de Ciudad del Cabo, conocida como la «catedral del pueblo» durante las décadas del apartheid y donde se abrió un registro para depositar mensajes o ramos de flores.

Considerado una de las figuras clave de la historia contemporánea sudafricana, después de la llegada de la democracia en 1994 y la elección de su amigo Nelson Mandela como presidente del país, Desmond Tutu acuñó el término «nación arcoíris» para referirse al nuevo Estado sudafricano, aunque más tarde mantuvo su postura crítica ante los sucesivos gobiernos del CNA, al que afeó durante años sus escándalos de corrupción, el mayor obstáculo para alcanzar la utopía de la «nación arcoíris».

Su última aparición pública fue en un vídeo emitido el día de su 90 cumpleaños el pasado 7 de octubre, que su fundación celebró con una conferencia virtual en la que participaron el Dalai Lama, Machel o la expresidenta irlandesa Mary Robinson.