No ha podido ser. El Athletic se ha quedado con la miel en los labios de sumar su cuarta Supercopa al caer derrotado en la final de Arabia Saudí ante el Real Madrid por 0-2. Le ha faltado acierto en ambas áreas y ello ha penalizado el buen trabajo que ha llevadoa cabo.
La escuadra rojiblanca ha encajado por partida doble pasada la primera media hora con un disparo de Modric y al principio de la segunda con un penalti transformado por Benzema, a la par que ha desaprovechado una pena máxima que pudo meterle en la lucha por el título casi al final del partido
Detalles y acierto han marcado la diferencia entre un Athletic que quiso y no pudo, frente a un Real Madrid que ha castigado cada mínimo error de los leones. Pese a ello, el equipo se ha vaciado sobre el césped y no ha dado por perdida la final en ningún instante. Es cierto que no han tenido su tarde los rojiblancos sobre el césped saudí, lo que impide reconocer que ha sido un digno oponente que nunca se ha rendido.
Alternando presión en tres cuartos con una ordenada defensa en bloque bajo con dos líneas de cuatro, la escuadra rojiblanca le ha dejado claro a su rival que iba a ser un hueso duro de roer. Tan es así que a su adversario le ha hecho falta el destello de una de sus veteranas estrellas para superar la homogeneidad del bloque vizcaino.
Hasta ese momento, los de Marcelino han sabido navegar con criterio frente al actual líder liguero y una hostil grada con clara preferencia merengue. Mimetizando el estilo de su adversario, han buscado el error blanco y salir lo más rápido posible con las arrancadas de Iñaki Williams, surtido de balones con los envíos de Muniain y Sancet.
El delantero ha estado en un tris de llegar cumplido el minuto 11 a una asistencia del de Mendillorri dentro del área madridista, terminando de golpear el balón en la mano apoyada en el césped del recuperado Alaba, lo que no ha sido entendido como infracción por Soto Grado.
Ninguna de las dos escuadras ha permitido combinaciones cerca de su zona de peligro, por lo que han sido los disparos desde fuera del área los lances más peligrosos durante la primera media hora de juego. Sancet lo ha intentado por vez primera desde la media luna, pero su chut ha tropezado en un defensa, mientras que Benzema y Casemiro han replicado con idéntica estrategia, aunque Unai Simón ha estado rápido de reflejos para enviar a corner el lanzamiento del brasileño, que iba camino de gol, pegado al poste.
El Athletic ha tenido controlado el partido, no ha perdido balones peligrosos e incluso se ha permitido el lujo de llevar la iniciativa en algunas fases, con Muniain como espoleta en el juego ofensivo, a la espera de fabricar algún lance que materializar.
Sin embargo, una colada por la derecha de Rodrygo –paradójicamente, los de Ancelotti han volcado más su ataque por ese costado–, que ha dibujado una diagonal y una posterior asistencia a Modric, ha permitido al centrocampista croata sacar a relucir su calidad para poner el esférico pegado al poste, haciendo inútil la estirada de Unai Simón.
No ha hecho deméritos el conjunto vasco como para ir por detrás en el electrónico, pero cualquier resquicio se acaba pagando ante oponentes de este nivel. Ha tocado variar el plan, pero sin desesperarse, conscientes de la habilidad merengue para terminar de matarte a la contra.
Pese a la contrariedad en el luminoso, los leones se han recompuesto del golpe e incluso han podido equilibrar el resultado. Centímetros le han sobrado al chut roscado de Sancet al filo del descanso, tras recortar dentro del área blanca y buscar la escuadra, superado Courtois con el golpeo del navarro, al que le ha faltado un poco más de precisión.
Pena máxima errada
Marcelino ha acelerado los cambios respecto a la semifinal contra el Atlético y ha aprovechado el receso para dar entrada a Nico Williams, buscando mayor velocidad por el carril diestro. El movimiento apenas ha tenido tiempo para sacar rédito alguno, pues cinco minutos después ha llegado la jugada que ha terminado por finiquitar las opciones rojiblancas en el encuentro.
Un disparo de Benzema tras la enésima jugada merengue por la derecha ha acabado golpeando en el brazo de Yeray, algo de lo que en vivo no se ha percatado el árbitro, pero sí el VAR, que le ha puesto en alerta de la jugada. El penalti lo ha transformado el propio atacante francés, duplicando la ventaja blanca y poniendo muy cuesta arriba las opciones vizcainas.
Pese a ello, y quedando más de 40 minutos por delante, el Athletic no ha bajado los brazos, a la búsqueda de una remontada que finalmente no se ha producido. Marcelino ha oxigenado todavía más al equipo para intentar el revolcón, con un triple cambio, en el que Raúl García ha aportado mordiente ofensiva, aunque luego ha sido protagonista desafortunado desde los once metros.
Con una distancia notable en el marcador, el Real Madrid ha retrasado líneas y ha buscado la estrategia en la que se encuentra más cómodo, pero los leones, con mucho esfuerzo físico, han ido encerrando a su adversario, hasta el punto de complicarle las cosas en el último tramo, aunque ello no acabase traduciéndose en el luminoso.
El de Zizur Nagusia ha protagonizado hasta cinco remates y ha ido ajustando su punto de mira con cada uno de ellos, hasta que ha logrado provocar en el 86 la mano de Militao y su posterior expulsión. Apenas quebaba tiempo, pero un 1-2 y el arreón final podían obrar el milagro.
Sin embargo, ni siquiera con una pena máxima ha podido recortar diferencias el Athletic. Raúl García ha golpeado al centro de la portería cuando Courtois ya estaba vencido hacia su lado derecho, pero el guardameta internacional ha sacado en el último momento su pie izquierdo para despejar la pelota, cual parada de balonmano.
Ha sido el último cartucho que les quedaba por aprovechar a los rojiblancos para, al menos, dar ciertas esperanzas a su parroquia y meter miedo a un rival que se había quedado en inferioridad numérica. Como en el resto del partido, ha faltado esa eficacia que viene arrastrando el equipo a lo largo del presente curso, pese a los últimos buenos resultados.
Ahora toca cambiar el chip y centrarse lo más rápidamente posible en la inminente y dura eliminatoria copera frente al Barcelona, así como en asentar las opciones ligueras de meterse en competición europea.