Siguiendo el calendario expuesto el pasado 20 de enero por el primer ministro, Jean Castex, el 2 de febrero marcará la primera fecha en el calendario de desescalada de medidas sanitarias.

Con todo, el pasaporte vacunal seguirá marcando la vida cotidiana, ya que puede ser exigido para acceder a la mayoría de los servicios públicos como privados, a excepción de centros sanitarios o comercios.

La Prefectura de Pirineos Atlánticos extendió con fecha de 30 de diciembre de 2021 el uso de la mascarilla, obligatoria en interiores, a los exteriores de algunas localidades.

En el caso de Euskal Herria, su uso se declaró obligatorio en las calles más concurridas de localidades como Baiona, Biarritz, Angelu o Donibane Lohizune. El prefecto, Eric Spitz, extendió igualmente la medida a las localidades de Urketa y Donapaleu.

La limitación perimetral para el uso de mascarillas también se ha venido aplicando desde entonces a los accesos a estaciones o aeropuertos o a las entradas de los centros escolares y en general «a las colas de espera para acceder a cines, teatros, recintos deportivos, manifestaciones, ferias o festivales».

Sin mascarilla pero con peor estadística

A fecha de 1 de febrero, la Prefectura de Pirineos Atlánticos ha remitido la orden que revoca el reglamento vigente sobre el uso de la máscara.

Así, a partir de este miércoles no será obligatorio respetar esa medida de protección, aunque sea siendo de aplicación el sentido común: en exteriores concurridos y en los que no se puede respetar la distancia personal sigue siendo una buena idea utilizar la máscara.

La obligatoriedad del uso de la mascarilla debía decaer el 11 de febrero, pero secundando el plan expuesto por Castex la Prefectura ha adelantado en una semana el levantamiento de la medida.

Curiosamente, cuando se repuso el uso de la máscara a finales del año pasado la tasa de incidencia en el departamento en que se integra Ipar Euskal Herria era de 841 casos por 100.000 habitantes, había 146 personas hospitalizadas y 24 estaban ingresadas en la UCI.

Sin embargo, a 28 de enero se contabilizaba en Pirineos Atlánticos una incidencia semanal de 4.677 casos por 100.000 habitantes, había 376 personas hospitalizadas por covid-19 y 28 de ellas se encontraban en las UCI.

Con todo, y por primera vez en un mes, hay que decir que se han encadenado dos jornadas consecutivas en el departamento con cifras que apuntan muy incipientemente a la baja.

Otra medida que decaerá el 2 de febrero. Se acabaron los límites de aforo en establecimientos en los que el público puede estar sentado, siempre que siga llevando la mascarilla. Se podrá consumir en bares, restaurantes y asistir a conciertos sin reducción de aforo.

Finalmente, este miércoles se suavizarán también las condiciones del teletrabajo.

Si hasta la fecha el teletrabajo era obligatorio durante tres o cuatro días a la semana en todas las actividades en que ello fuera posible, a partir de este miércoles solo será una recomendación a arbitrar en cada empresa.

Siguiente etapa: 15-16 de febrero

La siguiente fecha a retener será la del 15 de febrero, límite para inocularse la tercera dosis preceptiva. Quien no complete esa dosis de refuerzo, se arriesga a perder el pase vacunal.

Un día después, el 16 de febrero, llegará un nuevo aligeramiento de medidas. Así, se autorizará el consumo de bebida y comida en estadios, comida y transportes regionales.

También se podrá consumir de pie en los bares y en los conciertos se podrá bailar al no exigirse que el público esté sentado. Y la noticia que, sin duda, acaparará más titulares: volverán a abrir las discotecas.

Habrá que esperar al final de la vacaciones escolares de invierno -en Ipar Euskal Herria la vuelta a clase está programada para el 28 de febrero- para saber si se adoptan también cambios en el protocolo sanitario vigente en los centros escolares.