Como ya habían hecho todas las comunidades del entorno, incluida Nafarroa, y en la línea de la desescalada a nivel europeo, el LABI reunido durante la tarde de este jueves en Gasteiz ha decidido eliminar restricciones vigentes en la CAV, sin excepción.

Además, ha puesto fin de nuevo a la declaración de emergencia sanitaria, que ya anuló en mayo del pasado año pero que tuvo que retomar después, el 17 de agosto, por el empeoramiento de la pandemia.

Urkullu ha admitido que no hay seguridad para garantizar que no vayan a desatarse nuevas olas. Sin embargo, al mismo tiempo ha añadido que «no hacen falta recursos extraordinarios en esta fase», en alusión a las medidas hasta ahora vigentes, y ha abogado por evitar «privaciones» a la población.

En realidad, la desescalada ya arrancó la semana pasada con la eliminación del pasaporte covid, después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco rechazara la petición de extender su uso a hoteles o salones de juego.

Las restricciones actualmente vigentes consistían en reducciones de aforos, cierre del ocio nocturno, prohibición de reuniones de más de diez personas en terrazas o de consumo en barra... Todas ellas son consideradas ya prescindibles.

Tendencia a la baja en contagios y hospitalizaciones

Para justificar esta medida, el lehendakari de la CAV ha expuesto la mejoría de los datos «desde inicios de enero», las mejores previsiones sa corto plazo y los índices de vacunación.

Concretamente, Urkullu ha apuntado que el día con mayor número de positvos en la CAV fue el 4 de enero, con más de 14.000 casos, mientras que a día de hoy se sitúa en 1.778. Respecto a la tasa de incidencia acumulada en 14 días, ésta alcanzó su pico el 1 de enero con más de 7.000 casos, frente a los 1.956 de hoy.

Sobre la ocupación hospitalaria, el pico de la sexta ola fue el 11 de enero, con 840 camas ocupadas, cifra que se ha rebajado a 375. En las UCI, el 16 de enero había 143 camas ocupadas por las 81 de hoy. «Tanto en cama como en UCI la tendencia a la baja es sostenida y la previsión es que se mantenga en esta línea», ha afirmado el lehendakari.

Además, han tenido en cuenta que la variante ómicron «se encuentra en repliegue y descenso en todo el entorno europeo» y que la proporción de positivos que necesitan hospitalización es «mucho menor» que la producida con variantes anteriores. A eso, ha sumado el alto porcentaje de personas vacunadas –un 93% de la población «diana»– y la inmunidad natural adquirida debido al «contagio masivo» en la sexta ola.

Finalmente, Urkullu se ha mostrado favorable a eliminar la obligatoriedad de la mascarilla en la calle, aunque ha matizado que en exteriores «se dan circunstancias de riesgo que deben ser consideradas».

Técnicamente, tras esta decisión la consejera Gotzone Sagardui publicará una nueva orden el sábado, que entrará en vigor el lunes 14 de febrero, en la que revisará «la oportunidad o no de incluir diferentes aspectos», como el consumo de bebidas y comida en cines y espectáculos.