Sistemas integrados para edificios inteligentes
Donomotics diseña proyectos de domótica e inmótica para todo tipo de edificios. La startup donostiarra instala e interconecta dispositivos inteligentes que permiten controlar las iluminación, climatización y seguridad de un espacio a través de una única aplicación.
Controlar cada radiador de una casa para que se apaguen cuando no haya nadie en la habitación, programar las persianas o la apertura de puertas a través del móvil... Todo esto y mucho más es una realidad que los dispositivos inteligentes ponen al alcance de la mano. La startup donostiarra Donomotics, creada por los ingenieros Luis y Pablo Viñolas, diseña, instala e integra esas soluciones en una aplicación. En dos años de andadura la iniciativa ha atraído la atención del clúster Habic y ha sido seleccionada en la última edición de BIND 4.0.
Tecnologías de análisis big data, mantenimiento predictivo, inteligencia artificial... En su trayectoría por distintas empresas industriales vieron que se invertía mucho en aplicar estas soluciones a la maquinaría de las fábricas, pero no al consumo en los edificios. Detectaron una oportunidad en trasladarlas a oficinas, hoteles o viviendas, y examinaron la viabilidad de una empresa de este tipo en el entorno de la CAV. Dentro del estudio de mercado se pusieron en contacto con BIC Gipuzkoa, que les concedió una ayuda Txekintek-Ekintzaile y el reconocimiento de idea empresarial de tecnología innovadora. Decidieron seguir adelante y crearon una sociedad limitada en noviembre de 2020.
Esa no es la única ayuda que han recibido, ya que Fomento de San Sebastián les ha seleccionado dentro del programa Ekin Plus para empresas tecnológicas innovadoras, lo que además de financiación les da acceso a consultoría. Un apoyo que valoran muy positivamente, porque tal y como reconoce Pablo, son «muy tecnológicos» y emprender supone encargarse de todo. «Aprendes de todos los ámbitos: presentar proyectos delante de mucha gente, ventas, llevar cuentas, marketing… Estás tú y te responsabilizas de todo». Además de los dos hermanos, en breve se sumará al equipo una ingeniera que llevará el desarrollo de proyectos e I+D.
Inicialmente, planearon dirigirse a promotores inmobiliarios, a quienes su sistema aporta «un valor añadido muy grande con un gasto muy pequeño, un 1% o menos» respecto al de propia vivienda, y puede diferenciarles. Acudieron al clúster Habic para conseguir un aliado con el que abordar el mercado, porque como startup era «complicado» generar confianza. El clúster invirtió en Donomotic y trabajan conjuntamente. «Encajámos muy bien, ellos nos dan acceso a ese mercado y nosotros les damos valor tecnológico a sus empresas», apunta.
Hasta ahora han instalado su sistema en viviendas y ahora quieren llevarlo a hoteles, grandes oficinas y otro tipo de edificios. No descartan nuevas oportunidades que puedan surgir gracias a BIND 4.0, donde realizarán un proyecto de conectividad de puertas con Grupo Erreka. En palabras de Pablo, van a «digitalizar, automatizar, y conectar ese tipo de sistemas con entornos de domótica».
Eficiencia y ahorro
Donomotics diseña proyectos de domótica e inmótica –misma tecnología aplicada a espacios que no son viviendas– para todo tipo de construcciones. Integra distintos dispositivos de control, los instala y configura. Al conectarlos a un sistema único, se saca mayor partido de ellos. Mediante el software que han desarrollado se puede monitorizar el consumo y aplicar soluciones para aumentar la seguridad, el ahorro económico y la eficiencia energética.
Ofrecen tres paquetes: iluminación, climatización y seguridad. El primero controla las luces y persianas para «mayor confort y bienestar»; el segundo, cada radiador y el termostato general, lo que permite limitar el consumo a cuándo y dónde se usa: apagar el radiador si se abre una ventada, si no hay nadie en la habitación... De este modo, se puede conseguir «un ahorro energético mayúsculo, de hasta un 30%-40%». En el campo de la seguridad, instalan cámaras que van por Internet, sensores de apertura de puertas y ventanas o cerraduras electrónicas que se abren y cierran mediante el móvil.
Aunque la domótica tiene más de dos décadas, una de sus barreras era que requería una instalación que en tiempo y mano de obra «subía muchísimo el precio». La proliferación de dispositivos inteligentes inalámbricos facilita y abarata ese proceso: no necesita obra, se instala en poco tiempo y el coste es «mucho más competitivo». Pablo calcula que domotizar una casa podía costar unos 20.000 euros, mientras que ahora la inversión es diez o quince veces menor. No obstante, matiza que al ser a medida el precio varía, y mucho. En el caso de la calefacción el precio parte de los 700-800 euros y subir mucho, en función de la cantidad de dispositivo; pero «esa inversión se puede amortizar muy rápido, en uno o dos años».
Aunque es el primer negocio para los hermanos Viñolas, Pablo afirma que siempre han sido emprendedores. «Desde pequeños hemos montado distintas cosas en casa; creo que es algo que llevas dentro y se nota mucho. Las personas que ves en los eventos lo son de por sí, no porque hayan montado una empresa». El responsable reconoce que están contentos tanto con la experiencia como con la respuesta. «Tenemos un feedback positivo. Vemos que la gente tiene interés en la empresa y al igual que nosotros, le ve futuro. Cuando trabajas con esta ilusión, las cosas son más fáciles».