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La OTAN decide que ni sus aviones ni sus tropas entren en Ucrania

Los estados que forman parte de la OTAN han decido que ningún avión aliado sobrevuele el espacio aéreo de Ucrania ni que entren allí sus tropas. «No queremos ser parte del conflicto con Rusia en Ucrania», ha señalado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se ha reunido hoy en Bruselas con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se ha reunido hoy en Bruselas con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. (Yves HERMAN | FRANCE PRESSE)

Los ministros de Exteriores de los estados que forman parte de la OTAN han deciddoo que ningún avión aliado sobrevuele el espacio aéreo de Ucrania ni que entren allí sus tropas. Han rechazado así la posibilidad de implementar una zona de exclusión aérea sobre el territorio ucraniano, como había solicitado Kiev.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha señalado, al término de una reunión extraordinaria de los ministros, que la posibilidad de una zona de exclusión aérea «se mencionó», pero, «al mismo tiempo, los aliados acordaron que no deberíamos tener aviones de la OTAN operando en el espacio aéreo ucraniano o tropas de la OTAN en el territorio ucraniano»

«No queremos ser parte del conflicto con Rusia en Ucrania», ha zanjado Stoltenberg, en una rueda de prensa, donde ha advertido de que la única manera de que la Alianza implementase una zona de exclusión aérea sobre Ucrania sería entrando en su espacio aéreo, lo que «podría suponer la guerra en Europa».

En este sentido, ha manifestado que, si la OTAN se involucrase directamente, habría «más sufrimiento y más civiles muertos», por lo que los aliados han optado por imponer sanciones a Moscú.

Interpelación a Putín

En la reunión ha participado, mediante un mensaje grabado, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, a quien los aliados han expresado su «solidaridad y profundo respeto por el valor del pueblo ucraniano y sus fuerzas armadas».

«Lo que ocurre en Ucrania es horrible, a una escala no vista desde la Segunda Guerra Mundial», ha incidido Stoltenberg, quien ha pedido al presidente ruso, Vladímir Putin, «que pare esa guerra inmediatamente, retire todas sus fuerzas de Ucrania sin condiciones y se implique en una verdadera diplomacia ahora».

Según ha indicado, es «la peor agresión militar en Europa desde hace décadas, con ciudades asediadas, hospitales y edificios residenciales bombardeados y muchos civiles asesinados o heridos. Es probable que los días que vienen sean peores».

Zelensky lamenta la decisión

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha lamentado poco después a decisión de la OTAN de no establecer una zona de exclusión aérea en Ucrania, denunciando una forma de «autohipnosis» por parte de los miembros de la Alianza.

«Hoy, el liderazgo de la Alianza dio luz verde para continuar bombardeando ciudades y pueblos ucranianos, negándose a establecer una zona de exclusión aérea. Creemos que los propios países de la OTAN crearon una narrativa de que una zona de exclusión aérea sobre Ucrania provocaría una agresión rusa directa contra la OTAN. Es un proceso de autohipnosis para aquellos que son débiles, en inseguridad interior, mientras tienen armas mucho más poderosas que las nuestras», ha señalado el presidente ucraniano.

Coordinación con otros países

Stoltenberg también ha anunciado que la OTAN ha decidido reforzar la coordinación y la información que comparte con Finlandia y Suecia, países que han asistido como invitados a la reunión.

Además, los ministros aliados han discutido la necesidad de apoyar a otros «socios que puedan estar en riesgo», entre ellos Georgia y Bosnia-Herzegovina. Ha afirmado que esos países son muy diferentes entre sí pero que tienen en común, al igual que Moldavia, que «Rusia está ejerciendo su poder para intimidarlos».

En este sentido, ha recordado que Rusia ya invadió Georgia, donde sus tropas controlan partes del territorio, y que también están presentes en Transnistria, en Moldavia, mientras que en Bosnia-Herzegovina «vemos una situación muy frágil e inestable, con retórica inflamatoria y graves peligros para la unidad de ese estado».

«La agresión de Rusia ha creado una nueva normalidad para nuestra seguridad, en la que los principios fundamentales se impugnan mediante el uso de la fuerza. Y nos enfrentamos a la amenaza de un conflicto en los próximos años», ha concluido Stoltenberg.