Los libros encierran conocimiento y permiten vivir otras realidades a través de las palabras; pero una vez leídos o releídos suelen acabar olvidados en alguna estantería. Sin embargo, pueden tener una segunda vida en manos de otra persona, lo que también contribuye a reducir la contaminación que genera la industria editorial: tala de árboles, residuos, emisiones de CO2. Con el objetivo de facilitar la compraventa de libros de segunda mano nace la plataforma online Micobook, creada por los fundadores de Micolet que ofrece la misma solución a la moda.

Aritza Loroño y Jose Maria del Moral tienen experiencia en crear tiendas online de productos de segunda mano. En 2015 crearon Micolet dedicada a la moda que cuenta con más de dos millones de personas usuarias y presencia en siete países europeos. Mensualmente «salva» más de 100.000 prendas que de otro modo serían desechadas y da trabajo a 90 personas.

Se dieron cuenta de que los hábitos de consumo y lectura habían cambiado mucho, pero apenas había facilidades para vender libros usados por consigna. «Vieron un nicho y decidieron probar. Ha sido encontrar el momento y el lugar», dice Olatz Elezcano, responsable de comunicación de ambos proyectos. Perciben que ha crecido la preocupación por la sostenibilidad, aunque en el ámbito de los libros hay mucho por recorrer.

«Según un estudio realizado por la plataforma de investigación de mercado Toluna, en España solo el 5% compra libros de segunda mano»; por eso crearon «una herramienta sencilla» para abrirles camino en la economía circular.

A principios de diciembre de 2021 se adentraron en la reutilización de libros. Tienen un nuevo almacén y han reestructurado un poco la plantilla de Micolet para organizar un equipo de diez personas. De momento, han empezado a recoger y la venta la están haciendo a través de plataformas de venta o marketplaces de terceros; a las que posteriormente sumarán la propia web de Micobook.

A día de hoy tienen publicados más de 5.000 libros de un total de 10.000. La acogida está siendo «muy buena» y el objetivo es llegar a recoger 100.000 a lo largo de este año; lo que supone un importante ahorro de agua así como una considerable reducción de emisiones de CO2, ya que se estima que para fabricar un libro se emplean 477 litros de agua y 2,10kg de CO2.

Venta por consigna

Novelas, cuentos, biografías, poesía, guías de viaje, libros escolares… hay opciones para todos los públicos; las únicas excepciones son los diccionarios, las enciclopedias y los libros de texto desactualizados. Deben estar en buenas condiciones y cumplir los requisitos que se recogen en la web como tener un número ISBN visible, no tener manchas, anotaciones o marcas excesivas, ni daños en portadas o páginas. Si son volúmenes, las ediciones deben estar completas y enviarse a ser posible en la misma caja.

La plataforma facilita la compraventa por consigna. Recoge los libros donde quiera la persona interesada en vender, ya sea en su domicilio o un punto pack, inicialmente de forma gratuita. Para que sea eficiente, el envío mínimo es de diez libros, con un máximo de 200. Una vez recibidos en el almacén, los valoran, y en un plazo de cinco semanas envían una estimación de los ingresos a su propietario, que en cualquier momento podrá solicitar la devolución de sus ejemplares, y recibe su dinero al completar la venta.

Es un modelo de negocio win-win: cuanto mayor sea el precio de venta, más ganan todos. El importe solicitado es aproximadamente el %60 de descuento de su valor real (PVP), pero varía en función del ejemplar: si está sin estrenar con envoltorio y etiquetas originales, si es una edición especial… Es decir, se calcula dependiendo del valor de cada libro. De media, el precio de venta es de 9-10 euros. A eso hay que restarle la comisión del 50% que Micobook cobra por las gestiones realizadas.

De momento, están enfocados en el mercado estatal, pero ya aceptan libros en otros idiomas, porque su «idea es ir expandiéndose». Los responsables aspiran a liderar el mercado de segunda mano en diferentes ámbitos, y no descartan aumentar líneas de negocio a futuro, «con el fin de minimizar el impacto medioambiental a través de la economía circular», destaca Elezcano.