La coalición soberanista propone un nuevo rumbo para los próximos años centrado en el «modelo vasco» para una Euskal Herria que «ha llegado viva al siglo XXI» gracias al trabajo colectivo y sentido comunitario e igualitario, pero que afronta en estos momentos no una época de cambios, sino «un cambio de época» que tiene «estancado» al país, como ha subrayado Pello Otxandiano, el director del programa presentado en el acto bajo el lema ‘Euskal Eredua. Un país mejor’, que EH Bildu ha celebrado este miércoles en el Palacio Euskalduna de Bilbo.
Esto se debe, según la lectura de la coalición, a que Euskal Herria «carece de la visión estratégica y del liderazgo transformador necesarios para afrontar los retos colosales que este momento histórico nos presenta».
Amenazas globales
Uno de esos desafíos se presenta en forma de crisis climática y energética, pues «se acaba el tiempo» para revertir el modelo de desarrollo actuar y paliar los efectos «más destructivos» del cambio climático, ha dicho Otxandiano.
El 5G, la Big Data, la Inteligencia Artificial (IA), el Blockchain. Son más que términos que poco a poco se van conociendo en la sociedad; forman parte de un desarrollo tecnológico que, según EH Bildu, influirá en todos los aspectos.
Otra de las amenazas que se presenta en un mundo caracterizado, como ha dicho después la alcaldesa de Errenteria, Aizpea Otaegi, por «la incertidumbre», es la crisis sociodemográfica. Según las estimaciones, para 2030 seremos 1.000 millones más de ciudadanos en el mundo, ha advertido Otxandiano. No solo eso, también «viviremos más», por lo que se incrementará la necesidad de cuidadoras, quienes, si se sigue con las actuales políticas institucionales, serán más y «más precarias».
EH Bildu también ha identificado «el fin de una era de la globalización», acuciado por la pandemia y la guerra en Ucrania, pero que responde a «una época histórica marcada por turbulencias económicas derivadas de un cambio en los patrones que han regido la última etapa de la globalización capitalista». En este sentido, ha advertido de que se ha desvanecido el orden global instaurado tras la segunda guerra mundial y, en este contexto, cobran fuerza los modelos autoritarios. Ahora, la guerra en Ucrania pone en jaque «la autonomía estratégica de Europa», ha dicho, y opaca al mismo tiempo la transición energética. Demorarla «es una sentencia de muerte», ha avisado.
No estábamos preparados
«Si decimos la verdad, podemos decir que quizás no estábamos preparados para asumir y aceptar este instante histórico y sus consecuencias», ha admitido Arnaldo Otegi durante su discurso en el Palacio Euskalduna.
Es más, el director del programa para el modelo vasco ha evidenciado que «nos hallamos en una situación de estancamiento». Y ha desgranado los hechos que en su opinión confirman el declive.
Está, por un lado, la situación laboral; la precariedad encarnada en contratos laborales temporales que tiene el 20-30% de la población asalariada. Por otro, la pobreza, y la «menor efectividad de los mecanismos de protección social para reducirla».
No está la innovación industrial. «Las regiones vascas caen en picado cuando se evalúa la innovación no tecnológica en las pequeñas y medianas empresas», ha dicho el soberanista y tampoco se avizoran remedios para la ya mencionada crisis demográfica.
Tampoco está garantizado el futuro del euskara, que vive, a juició de EH Bildu, «el fin del proceso de euskaldunización» que comenzó décadas atrás.
Pero el mayor de los problemas, como ha subrayado Otegi, es que Euskal Herria no se preparó para el futuro, para este presente. La dependencia energética (mayor del 93% en la CAV y del 75% en Nafarroa) y la dependencia alimenticia (se ha perdido un tercio de los baserris en las últimas tres décadas) hacen de Euskal Herria un país «vulnerable», según Otxandiano.
En vez de combatir todo esto, las políticas económicas en Euskal Herria han seguido una dirección totalmente opuesta al desarrollo sostenible. Como ejemplo, Otxandiano ha destacado el caso Euskaltel: «Una operación económica nefasta a las puertas de la revolución digital, muestra irrefutable de la falta de visión estratégica que ha imperado en las instituciones vascas en los últimos años».
Partir de la base
En este cambio de era que ya se manifiesta con el crecimiento de las desigualdades amenaza «con destruir las condiciones materiales de vida en muchas partes del planeta», coyuntura bélica incluida, EH Bildu propone un cambio de rumbo radical de acuerdo con la economista británica Kate Raworth: la teoría de la rosquilla, abandonar la fijación por el PIB, garantizar las necesidades vitales de todos y todas y fijar un techo ecológico.
La misma teoría que Lakua recoge en su versión del plan Euskadi Next pero que no lleva a la práctica, ha criticado Otxandiano. Y es que la aplicación de esta teoría requiere partir de la base, regresar a ella para, por ejemplo, «reevaluar desde la óptica de un nuevo concepto de bienestar las principales inversiones en infraestructuras que se están acometiendo en nuestro territorio», ha expuesto.
El integrante de la coalición abertzale ha destacado asimismo que «se requiere redefinir el papel del sector público en la economía». Afirma que «sigue imperando una visión sesgada según la cual el sector público es un agente que detrae riqueza o simplemente la distribuye, pero no puede ser innovador, creador de riqueza y asumidor de riesgos». Sin embargo, EH Bildu propone «una política de innovación en la que instituciones y empresas sean co-creadoras activas de mercado» y compartan riesgos y beneficios.
Respuesta comunitaria y alianzas
Euskal Herria vive hoy «de las rentas del pasado», ha dicho Otxandiano. «Gestionamos inercias y carecemos de la visión estratégica y del liderazgo transformador necesarios para afrontar los retos colosales que este momento histórico nos presenta. De esta manera, sin una reacción comunitaria a la altura del momento, corremos el riesgo de perder gran parte de lo conseguido», ha alertado.
Por ello, EH Bildu ha instado a «recuperar la ambición comunitaria que ha caracterizado a este pueblo en distintos momentos de la historia», a afrontar esta era «desde un modelo propio de pensar y actuar»: «Abogamos por una transformación social y económica vasca soberana sin límite alguno que coarte nuestras potencialidades».
En este sentido, Arnaldo Otegi, más positivo, ha asegurado que «hay un modelo vasco para enfrentar todos los retos». Pero EH Bildu «no puede hacerlo solo», ha admitido, «desde la humildad y la honestidad». Por ello, ha lanzado una oferta al país: «Hoy EH Bildu quiere manifestar con claridad que esta abierta, que esta dispuesta, y que esta decidida a construir los puentes y los espacios necesarios para poner en pie un proyecto convergente de todos los sectores soberanistas y progresistas de Euskal Herria».
Cinco retos
La nueva hoja de ruta para los próximos años de EH Bildu recoge cinco propuestas concretas: reforzar la soberanía estratégica en términos de autosuficiencia e industria; cambiar las estructuras del bienestar fortaleciendo el sistema de cuidados, la sanidad pública o garantizando el derecho a la vivienda; reforzar la identidad comunitaria, repensar el sistema educativo y desarrollar un sistema de seguridad propio.
«No se trata de dar recetas, sino de tejer una agenda nacional. Debemos prepararnos para coliderar esta época de transformaciones y realizar una aportación transcendental a la renovación del proyecto nacional vasco en este momento histórico», ha resaltado Pello Otxandiano.
Entornos vivibles
EH Bildu ha puesto en valor sus bases locales, primero con un vídeo donde varios alcaldes y alcaldesas de la coalición han explicado los proyectos más innovadores que han desarrollado en sus municipios y después con la ponencia de la alcaldesa de Errenteria, Aizpea Otaegi, que ha subrayado la necesidad de crear entornos de corresponsabilidad entre ciudadanía e instituciones en estos tiempos «inciertos».
«Es indispensable que en el ámbito de la la ciudadanía nos propongamos generar entornos vivibles, que garanticen formas de vida dignas universales, para todas las personas», ha expuesto.