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Juzgan a un médico acusado de espiar a compañeras en un vestuario del hospital de Donostia

La Fiscalía de Gipuzkoa pide tres años y dos meses de cárcel para un médico acusado de espiar a través de un sistema informático a dos de sus compañeras en una sala que había sido habilitada como vestuario en el Hospital Universitario de Donostia.

Hospital Universitario de Donostia.
Hospital Universitario de Donostia. (Gorka RUBIO | FOKU)

Un médico del Hospital Universitario de Donostia será juzgado próximamente en Donostua acusado de espiar a través del sistema informático del centro a dos de sus compañeras en una dependencia que había sido habilitada «transitoriamente» durante la pandemia como vestuario para el personal femenino.

El procesado se enfrenta a una petición de tres años y dos meses de cárcel por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa, que le imputa un delito continuado de descubrimiento de secretos por el que también solicita una multa de 9.000 euros y que compense a las dos perjudicadas con mil euros, incrementados con los correspondientes intereses legales.

Según el escrito de acusación, los hechos se remontan a marzo de 2020, fecha en la que el acusado era médico especialista en el citado centro hospitalario lo que le permitió disfrutar de una «credencial de usuario genérico» para el uso de un determinado programa informático.

No obstante, esta credencial también conllevaba aparejados «privilegios de autorización» para acceder a otros equipos informáticos, circunstancia que el inculpado habría aprovechado con el fin de presuntamente «vulnerar la intimidad ajena».

De esta manera, desde la sala en la que él trabajaba, el médico habría accedido «en modo remoto» a un equipo situado en otra dependencia del hospital que «venía siendo utilizada transitoriamente como vestuario por el personal femenino» con motivo de la pandemia del covid-19.

El documento del Ministerio Público aclara que, para evitar ser descubierto y «enmascarar» su uso indebido, el inculpado presuntamente manipuló el equipamiento informático «tapando el testigo luminoso que indicaba que la cámara web y el micrófono» del dispositivo estaban en funcionamiento.

El texto concreta que el hombre habría buscado de esta manera «conocer el contenido de las conversaciones y la intimidad de sus víctimas mediante el acceso remoto a imágenes y sonido» de las perjudicadas.