Iker Fidalgo
Crítico de arte

La vida de los objetos

En el año 2007, tuvo lugar en la Goldsmiths University de Londres una charla en la que los filósofos Quentin Meillassoux, Ian Hamilton Grant, Ray Brassier y Graham Harman desarrollarían un coloquio que sentaría las bases de lo que hoy conocemos como Ontología de los Objetos. La filosofía, como el arte, trata muchas veces de interpretar la realidad en la que vivimos, proponiendo ópticas y formas de mirar que nos permitan desgranar los recovecos de nuestra existencia. La veta que se abrió en aquel encuentro sugería una nueva visión sobre la manera de interpretar el papel de los objetos en el mundo. A rasgos muy generales y desde una crítica al antropocentrismo (el ser humano como centro), se presenta una nueva manera de concebir la relación de los objetos tanto con los seres humanos como entre sí. Entendiendo una desjerarquización en la que su existencia no depende de nuestra mirada.

A sabiendas de que este enunciado es abstracto y complejo, podemos pensar que el arte contemporáneo ha sido capaz de considerar y cuestionar su convivencia con lo objetual. Desde el surgimiento del conceptual, la producción artística entiende el objeto como un hecho escultórico en sí mismo. Elementos capaces de soportar sobre sus hombros desde interpretaciones narrativas hasta maneras de ocupar y habitar el espacio. Si bien en este caso son las manos creadoras las que deciden y ejecutan, y el entorno cultural el que valora y percibe, el arte nos invita a replantear la forma en la que nos comportamos todos los personajes que habitamos el mundo.

Si pensamos en la relación entre objeto y arte, irremediablemente nos vendrá a la cabeza una de las artistas más prolíficas de nuestro territorio. Sahatsa Jauregi (Itaparica, Bahía, 1984) fue premio Gure Artea en el año 2019 y desarrolla una interesante línea de trabajo en torno a la acumulación, la reinterpretación de los símbolos y la plasticidad de lo cotidiano. Es sin duda uno de los referentes de la práctica escultórica en Euskal Herria y su trabajo se asienta siempre en cuestiones en las que emergen reflexiones sobre lo identitario. El pasado 1 de abril, Jauregi inauguró una muestra individual bajo el título ‘Aizkora’ (hacha) dentro del programa de apoyo a la creación, Babestu 2021. La artista nos propone una exposición en la que los procesos artesanales de la fabricación de hachas articulan el relato principal. Los moldes, las huellas y la presencia insinuada de los elementos, conforman una de las piezas principales de la exposición. Una plataforma llena de un material terroso que soporta unas planchas en las que se intuyen las formas de los filos. Junto a esta, otras propuestas instalativas que juegan con la materialidad del metal y un montaje en sala en el que la luz nos ofrece una mezcla entre lo estructural y lo escultórico. Hasta el próximo día 30 podremos aprovechar para conocer de cerca esta nueva propuesta de la creadora guipuzcoana en Azkuna Zentroa.

La galería Cibrian Gallery de Donostia abrió a principios de marzo las puertas de su nueva exposición. Hasta el próximo 7 de mayo, podremos visitar ‘Low Flight’ a cargo del artista Pedro Herrero Ferran (Madrid, 1994). El espacio de la muestra nos presenta varios elementos que conforman una constelación de estímulos visuales y táctiles. Una puesta en escena formalmente pulcra y afinada en la que entendemos una intención instalativa conformada por varias piezas. Objetos que se agolpan en la pared y el suelo y que se desenvuelven desde diferentes líneas de diálogo. El conjunto, nos lleva a imaginar una suerte de acumulación de reliquias que evocan una memoria de lo material. Un rastro de aquello que parece haber perdido su uso original pero que sin embargo es capaz de activar nuevas percepciones.