El ultimátum ha arrancado a las 6 de la mañana hora de Moscú (4 de la madrugada en Euskal Herria) y expira a las 11 de la mañana (1 del mediodía en la capital rusa).
La estratégica Mariupol, ciudad de la provincia rusófona de Donetsk a orillas del Mar de Azov, es una de las principales metas del Ejército ruso en su esfuerzo por lograr el total control de la región del Donbass y formar un corredor terrestre en el este del país desde la anexionada península de Crimea.
El ultimátum ha sido anunciado por el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de la Federación Rusa, el coronel general Mikhail Mizintsev.
Según los informes militares rusos, todos los combatientes ucranianos que quedan en la ciudad se han refugiado en el interior de las instalaciones de la acería Azovstal.
Sin comida ni agua
«Dada la situación catastrófica en la planta metalúrgica de Azovstal, además de guiarse por principios puramente humanos, las Fuerzas Armadas Rusas ofrecen a militantes de batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros detener cualquier hostilidades y deponer las armas. A todos los que depongan las armas se les garantiza la preservación de la vida».
El general Mizintsev ha asegurado que las tropas rusas habrían interceptado el contenido de las comunicaciones por radio ucranianas, que estarían en una «situación desesperada, prácticamente sin comida ni agua (…) Exigen persistentemente el permiso oficial de Kiev para rendirse, pero en respuesta reciben amenazas de ejecución», ha añadido.
«El inicio real del alto el fuego se indica mediante el levantamiento de banderas por parte de ambos lados: roja en el lado ruso y blanca en el lado ucraniano en todo el perímetro. Además, el hecho de que las partes están listas para introducir el alto el fuego deberá haber sido confirmado a través de todos los canales de comunicación», ha detallado el Ministerio de Defensa ruso.
Todas las unidades ucranianas podrían retirarse de la zona «sin armas ni municiones», ha prometido el general y jefe de la Defensa Nacional de Rusia, que ha añadido que se observarán «todas las normas» de la Convención de Ginebra para el tratamiento de los prisioneros de guerra y que se ha informado del ultimátum a la ONU, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el Comité Internacional de la Cruz Roja y otras organizaciones internacionales.
Zelensky dejará de negociar
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, ha amenazado con que su Gobierno dejará de dialogar y negociar si Rusia prosigue su ofensiva final sobre Mariupol.
«Mariupol puede ser como diez veces Borodianka», ha afirmado Zelenski en referencia a una de las localidades situada a las afueras de Kiev donde Ucrania denuncia crímenes de guerra rusos. «Y déjenme decirles que la destrucción de nuestros militares, de nuestros chicos, pondría fin a todas las negociaciones», ha amenazado.
El Estado mayor ucraniano confirmó anoche que el Ejército ruso bombardeó objetivos en la ciudad desde Donestk y Tavriya dando cobertura aérea a operaciones de asalto cerca del puerto, pero no aludió a la oferta-ultimátum ruso.
El líder de la auto-proclamada república popular de Donetsk (RPD) -en el este ucraniano-, el pro-ruso Denis Pushilin, confirmó ayer ese intento de asalto definitivo. «No es una tarea fácil: los miembros del Ejército regular (ucraniano), los infantes de marina, que estaban dispuestos a entregarse ya lo hicieron», aseguró al canal de televisión Rossía-24.
El Ejército ruso ha anunciado que más de un millar de soldados ucranianos rodeados en Mariupol se han rendido.
Pushilin añadió que el resto, a los que identificó como milicias de movimientos pan-ucranianos como el ultraderechista Batallón Azov «no tienen intención de rendirse y, por tanto deben ser aniquilados».