Izaro Izu

Irakasles e ikasles se redescubren en el primer día sin mascarilla obligatoria

El retorno a las aulas en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa ha sido este lunes una auténtica vuelta atrás de más de dos años, al desaparecer la mascarilla obligatoria y también las burbujas que separaban a los alumnos. Aunque ha habido todo tipo de casuísticas.

Con máscara o sin ella, pero hoy seguro con sonrisa. La foto es de la ikastola Laskorain de Tolosa.
Con máscara o sin ella, pero hoy seguro con sonrisa. La foto es de la ikastola Laskorain de Tolosa. (Jon Urbe | Foku)

Este lunes los alumnos y profesores de Hego Euskal Herria no solo han vuelto dos semanas atrás, a antes de las vacaciones de Semana Santa, sino dos años atrás, a aquella semana de marzo de 2020 en que no había mascarillas ni grupos burbuja que separaban a los niños y niñas, ni tampoco clases por streaming ni cierres apresurados de aulas. Tras dos cursos de excepcionalidad, en los que se han sucedido diferentes protocolos que siempre han complicado la actividad lectiva, este lunes en los cuatro herrialdes se ha dado por superada esa fase.

La jornada ha transcurrido sin mayores problemas pero con un cúmulo de nuevas sensaciones, sobre todo por el «redescubrimiento» de la expresión facial de los profesores por parte de los alumnos... y viceversa. La educación resultará más sencilla a cara descubierta, subrayan los expertos.

Respetando obviamente la decisión de cada alumno o madre o padre correspondiente, el Departamento de Salud de la CAV aconsejaba la retirada de mascarillas entre el alumnado y así ha ocurrido en la mayoría de los casos, aunque también muchos han preferido mantenerla por el momento o hacerlo al menos durante parte de la mañana.

El día ha dado pie a todo tipo de situaciones, e incluso probatinas. Así, ha habido aulas en que buena parte de los niños y niñas todavía llevaban máscara y su profesor o profesora no, y otras en que ocurría lo contrario. Sin olvidar que sí es preceptiva en el autobús, por lo que quien más quien menos la ha llevado a clase, aunque solo fuera en el bolsillo o la mochila.

Entre los responsables de los centros sí que ha habido una satisfacción evidente por haber dejado atrás estos dos años de excepcionalidad sanitaria, temores continuos y complicaciones técnicas. Aquí van tres ejemplos recogidos en las redes: