El 4 de enero Osakidetza detectó más de 14.000 nuevos casos de covid, una cifra récord que puso de manifiesto la rápida propagación de la variante ómicron. Una semana después, el 10 de enero, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, anunció un cambio de estrategia, limitando las pruebas diagnósticas a aquellas personas que presentan síntomas graves o pertenecen a colectivos vulnerables.
«No podíamos y no debíamos utilizar recursos para seguir con la política de identificación al cien por cien. Hubiera matado a la red asistencial y no tenía sentido real práctico desde el punto de vista epidemiológico», ha apuntado este lunes la directoria de Salud Pública de la CAV, Itziar Larizgoitia, quien ha comparecido junto al viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, en la Comisión de Salud del Parlamento de Gasteiz.
Allí ha defendido un cambio motivado por la «grandísima transmisibilidad» en una situación de «interacción social que no se podía evitar», en alusión a las fechas navideñas. «Estábamos observando que la población no estaba enfermando», ha apuntado en alusión a la menor presión asistencial: «No estábamos volviendo a las navidades de 2020, el paradigma era otro, y tomamos una decisión muy rápida para adaptarnos a ese momento».
En este sentido, ha explicado que «una vez entrada la era ómicron, la enfermedad se manifiesta de una manera diferente, afortunadamente». «Ha habido una gran transmisibilidad pero su impacto en términos sanitarios, en términos hospitalarios, ha sido mucho menor», ha apuntado antes de incidir en que, «aunque si ha habido ingresos, los enfermos muy graves han ido disminuyendo de manera paulatina y los ingresos en UCI han sido menores».
Un nuevo paradigma
«La enfermedad ha cambiado y estamos en un paradigma diferente», ha manifestado, incidiendo en el elevado número de casos asintomáticos, que «en algunos estudios se situaba casi en el 90%. «Esto hace que fuese factible la vigilancia como estaba entendida en el aquel momento, porque no se puede identificar a un 90% de casos asintomáticos», ha aseverado Larizgoitia, que también se ha referido a la vacunación.
«En 2020 apareció un nuevo patógeno en una sociedad virgen, lo que provocó una situación dramática. Pero en estos momentos hay unas tasas de inmunización completas superiores al 92%, con unas vacunas que han demostrado una efectividad muy alta con respecto a la aparición de la enfermedad grave y a la mortalidad», ha indicado, haciendo hincapié en que «prácticamente toda la población de Euskadi está inmunizada por la vacunación o por la infección previa».
Así, ha insistido en que «no estamos en el año 2020, ni el virus es el mismo, ni estamos ante un virus desconocido. Nuestros organismos ya conocen al virus y la situación es muy diferente», en una fase que ella ha denominado «de transición».
«Lo que supone que se ha de cambiar la manera de trabajar y la manera de responder», remarcando los dos objetivos de Lakua: Tenemos que intentar reducir el impacto de las infecciones que se puedan producir y proteger a las personas vulnerables, desarrollando intervenciones para esas personas en aspectos de protección, de vigilancia y de refuerzo vacunas».
Entre las personas vulnerables figuran los mayores de 60 años, «un corte que se ha establecido de manera conservadora para englobar a más personas, porque a partir de esa edad se ha visto una peor respuesta ante la enfermedad grave provocada por el covid». El resto de la población estará controlada por una red centinela, formada por profesionales sanitarios de Atención Primaria.
«Hay incertidumbres»
No obstante, ella misma ha reconocido que esto podría cambiar, y «si cambia la evolución de la pandemia podríamos volver atrás». «La pandemia continúa, no se ha desactivado», ha destacado, y ha recordado que «hay incertidumbres que tienen que ver con la duración de la inmunidad», señalando que, a día de hoy, «se sabe que la efectividad de las vacunas tiene una duración óptima de unos tres meses».
Por ello ha subrayado que es «importante que la población enferma proteja a los demás, utilizando mascarilla». «Y tenemos que ser capaces de reaccionar ante cambios en la pandemia, y volver atrás en la adopción de medidas de protección si fuera necesario», ha afirmado en respuesta a las preguntas de los parlamentarios.