Las terrazas temporales que se comenzaron a instalar antes del verano de 2020 para hacer frente al impacto económico del covid-19 sobre el sector hostelero y que aún permanecen instaladas podrán acceder a una licencia permanente en el Casco de Viejo de Iruñea.

La decisión y el proceso de autorización de las nuevas licencias «no contempla ningún proceso de consulta o participación vecinal y rompe, además, el compromiso de temporalidad expresado en numerosas ocasiones por representantes municipales y exigido en todo momento por AZ Ekimena», como ha explicado este colectivo vecinal en un comunicado difundido este domingo.

Hasta el momento, la autorización de terrazas temporales y las sucesivas prórrogas ha sido acordada por una comisión con presencia de todos los grupos municipales.

Según ha indicado el colectivo vecinal, finalizadas las restricciones derivadas del covid-19, el concejal de Seguridad Ciudadana ha apelado a su competencia en esta materia para decidir que las terrazas puedan pasar a ser permanentes atendiendo a tres criterios: que no afecten al tránsito peatonal, que no ocupen más espacio que el de la fachada del establecimiento y que no se hayan recibido quejas vecinales respecto a esa terraza.

Unos criterios que, como resalta AZ Ekimena, «reducen el espacio público a espacio de ‘tránsito peatonal’ e ignoran el papel del vecindario y la representatividad de los movimientos vecinales, teniendo solo en cuenta las quejas presentadas a título particular y a través de cauces del propio Ayuntamiento».

Incluso las que ahora no cumplan los requisitos

De esta forma, las terrazas que cumplan los tres requisitos podrán acceder a la licencia permanente, mientras que «el concejal ha mostrado su voluntad de buscar la forma de ‘subsanar los errores’ en el resto de casos para que, los establecimientos que quieran, puedan también obtener la licencia».

El riesgo de que las autorizaciones temporales pasaran a ser definitivas ha sido remarcado en numerosas ocasiones por AZ Ekimena, que ha insistido en que «las decisiones en esta materia debían estar marcadas por su carácter provisional y ligadas a una fecha de caducidad de obligado cumplimiento«.

«En un barrio ya castigado por un importante proceso de mercantilización del espacio público, la decisión del Ayuntamiento traiciona los compromisos de temporalidad, ignora al vecindario e ignora que las calles y plazas deben ser espacios de juego, de encuentro, de descanso y de vida vecinal, no solo espacios de consumo», ha señalado la iniciativa vecinal.