Desde los once metros se ha vuelto a decidir el campeón de la Europa League. A diferencia de la anterior edición en la que Villarreal y Manchester United tuvieron que emplear a toda su plantilla, en esta ocasión Trapp, parando el lanzamiento de Ramsey, y Borré transformando el último y definitivo, le han dado el título del segundo torneo continental al Eintracht Frankfurt.
Lo cierto es que el enfrentamiento ha sido agónico, con un Sánchez Pizjuán abarrotado y con dos aficiones entregadas a los suyos, además de ocasiones para ambos lados, que han podido decantar el choque bien de uno u otro lado. El acierto final ha sido alemán.
Así, la primera parte ha sido bastante entretenida, con dos conjuntos que han buscado la portería contraria –cada uno con su estilo–, lo que, combinado con un trencilla que ha dejado jugar bastante, ha propiciado que el encuentro dispusiese de un ritmo alto y mucho trabajo físico.
Eso sí, la escuadra alemana es quien ha tratado de llevar la iniciativa desde el pitido inicial, con una salida que no se podría considerar en tromba, pero sí bastante constante ante un rival escocés un tanto abrumado por dicha dinámica. En todo caso, todo ello ha costado que se tradujese en claras ocasiones.
Las primeras han caído del lado germano, con un disparo a colocar de Sow (m.12) y un buen zurdazo de Knauff (m.20), al que ha respondido la felina estirada del veterano McGregor. El Rangers, que tampoco ha renunciado a la posesión, ha estrenado el capítulo de ocasiones con el habilidoso Aribo, que lo ha intentado desde la media luna con un disparo con la izquierda (m.26) con toda la intención del mundo, que no se ha marchado muy alejado del palo.
El encuentro ha deparado duelos individuales muy interesantes, como el que han mantenido Kostic y Tavernier, en el que el primero, por partida doble, ha estado rozando el 1-0. Primero con un chut que se le ha marchado arriba (m.30) y, poco después, con una cabalgada de área a área que ha concluido en un disparo excesivamente cruzado (m.32).
Ambas escuadras han llevado bastante peligro en las jugadas de estrategia, aunque Lundstram ha estado más cerca (m.36) de poner en apuros a un Kevin Trapp que ha metido el guante para evitarse problemas ante el remate de cabeza del centrocampista inglés tras falta lateral.
Llegan los goles
El guion ha sido muy similar tras el receso, con un Enintracht de nuevo mandón y firmando unas buenas llegadas. Un remate a la media vuelta de Lindstrom ha golpeado en Kamara, McGregor ha hecho la estatua y el esférico ha pasado a escasos centímetros de colarse en la portería (m.49).
No le ha preocupado en exceso al Rangers esa disposición de su adversario. Ha esperado el momento oportuno y lo ha aprovechado. Kent ha dado el aviso en el primero de los errores de la zaga teutona, pero su remate (m.55) ha sido muy defectuoso. Bastante más certero ha estado Aribo, que si ha sacado tajada del segundo fallo, superando con un buen toque a Trapp (m.57), tras un mal despeje de cabeza de Sow y un posterior resbalón de Tuta, en el que se ha terminado lesionando.
A los escoceses se les ha puesto muy de cara hacerse con el título, pero las imprudencias defensivas no iban a acabar ahí. Apenas doce minutos después, los alemanes han igualado la contienda. Un centro que no parecía llevar mayor peligro no lo ha despejado Goldson y un muy atento Borré se ha adelantado a su par y ha empujado el cuero a las redes (m.69).
Los técnicos han movido sus banquillos, pero las precauciones se han ido imponiendo a medida que se acercaba la prórroga, máxime teniendo en cuenta que las dos dianas han sido fruto de sendos desaciertos atrás. Además, el cansancio ha ido restando frescura al envite, reconvertido a una especie de correcalles sin mucha precisión.
De esa guisa se ha llegado a una prórroga, con dos escuadras poco acostumbradas al intenso calor sevillano, un factor que también ha influido lo suyo, llegados a ese punto de partido. Muy tocados físicamente los futbolistas, se han desenvuelto en el césped del Sánchez Pizjuán en este último tramo del partido más con el corazón que con la cabeza.
Así, la mayor parte de las evoluciones y escasas oportunidades han llegado a ramalazos y con protagonismo de los jugadores de refresco. La fatiga ha generado que la mayor parte de las acciones más destacadas hayan venido de disparos desde fuera del área, pero algunos sin la correcta dirección y otros sin la suficiente velocidad y colocación como para superar las manoplas de los arqueros.
Excepto una en el 117 que ha podido inclinar la balanza claramente del lado escocés. Un paradón al más puro estilo balonmanístico de Trapp a Kent ha evitado el 1-2 y el posterior chut del Rangersl lo ha sacado con la cabeza un defensa germano cuando el balón ya embocaba la escuadra. El portero alemán todavía ha tenido tiempo de pararle una falta a Tavernier y llevar a su equipo a la tanda de penaltis.
Con esa moral por las nubes tras sendas paradas, Trapp también ha sido protagonista en la suerte fatídica desde los once metros. Él ha sido el autor de la parada sobre un Aaron Ramsey venido a menos y al que este lance le hundirá más todavía, y la posterior materialización del último penalti por parte de Santos Borré.