Un Osasuna que aspira a hacerse con la novena plaza deberá demostrar su profesionalidad ante un Mallorca que aterriza en El Sadar jugándose la vida para quedarse en Primera. Los rojillos, de manera indirecta, van a determinar casi con toda probabilidad quién es el conjunto que desciende a Segunda.
La escuadra navarra también quiere irse con un buen sabor de boca, después de cinco jornadas consecutivas en las que no ha degustado las mieles de la victoria –tres empates y dos derrotas–, entre otras cosas por dar una alegría a su afición y por despedir de la mejor manera posible a varios futbolistas que ya no vestirán la próxima campaña la elástica rojilla, caso de Oier, Iñigo Pérez y Ramalho.
Todos esos resultados que no han desembocado en triunfo han impedido que Osasuna luchase por entrar en la puja del puesto de la Conference League, un objetivo complicado, pero que ha mantenido cierta tensión competitiva hasta el final.
Sin embargo, que ocupe la novena posición, aunque no tenga premio europeo, sí que supone una suculenta recompensa económica, que vendría que ni pintada para unas arcas rojillas que han sufrido los embates de la pandemia y que están inmersas en toda una serie de elevadas inversiones, tal y como la reciente auditoría dejó entrever.
Además, sería la mejor situación clasificatoria del equipo en la máxima categoría durante la etapa de Jagoba Arrasate en el banquillo osasunista, lo que también supone un aliciente añadido, siempre y cuando los actores que salten al césped no estén pensando más en hacer las maletas y su próximo destino turístico.
El que, como se ha mencionado, haya algunos futbolistas que dirán su adiós este domingo hace complicado especular sobre un posible once, ya que el técnico de Berriatua tendrá que optar entre poner de inicio a alguno de ellos, o bien optar por el que ha sido su bloque de confianza durante toda la temporada.
También hay que tener en cuenta las suspicacias de terceros que podrían surgir en este sentido, sobre todo teniendo en cuenta que Osasuna es un club al que se le mira con lupa en estas jornadas decisivas, habida cuenta de los precedentes sucedidos y el proceso judicial que se abrió en su momento.
Por su parte, los bermellones vienen con la soga al cuello, afrontando un partido a vida o muerte, en el que tienen, como mínimo, que cosechar el mismo resultado que el Cádiz –juega en Mendizorrotza–, con el que están empatados a puntos, pero superan por el golaverage particular.
El problema es que los dirigidos por el exmíster rojillo Javier Aguirre no han ganado fuera de casa en todo lo que se lleva de 2022 y la última vez que vencieron en El Sadar fue hace nada menos que casi doce años y medio, una estadística que no invita al optimismo balear.
Es probable que el técnico azteca repita el once del agónico triunfo (2-1) en el tiempo de prolongación al Rayo Vallecano en Son Moix, y el mismo sistema, con tres centrales, Antonio Raillo, Martin Valjent y Brian Oliván.
Arrasate: «Ganar y terminar novenos»
Arrasate ha manifestado que los suyos saldrán a «ganar y terminar novenos», ya que existen «alicientes suficientes» como para salir al verde con ese objetivo. Pese a ello, ha matizado que «no consideramos que seamos jueces del descenso. Aquí se han vivido situaciones parecidas y hay que ser comprensible con todos los equipos. Hemos tenido la suerte de que ahora estamos en otra situación y hay que darle valor».
Se ha referido, por otro lado, a algunos futbolistas que dejarán de ser rojillos. Así, sobre Oier ha indicado que el hecho de que sea su último envite como rojillo es un «plus más». «Esperamos que sea un día inolvidable para él, y también para Iñigo Pérez y Ramalho».
En cuanto al iruindarra, petición expresa de Arrasate cuando recaló en Osasuna, ha comentado que «no concibo mi trayectoria sin Iñigo Pérez. Ha sido muy importante para mí. Son siete años con él y lo único que he hecho es darle un espacio y su productividad ha sido increíble».
También ha hablado sobre el futuro de Manu Sánchez, cedido por el Atlético. «Es un jugador importante para mí, pero su continuidad no depende de nosotros. Braulio seguirá trabajando en esa situación, pero es de mi agrado», ha especificado.
En cuanto a su último rival de esta presente temporada, ha explicado que no se espera que el Mallorca «salga desde el primer minuto a exponerse» y ha valorado la campaña del cuadro navarro como «mejorable», no así su ubicación clasificatoria, que es «difícilmente mejorable».