No llueve desde finales de abril. El viento que sopla del suroeste llega caliente y reseco desde el Sahara. La Agencia Española de Meteorología (Aemet) no lo oficializará hasta que la ola se acabe, pero no hay registros de un calor tan intenso antes del 20 de junio. «Se puede asegurar ya que no hemos visto un calor así en estas fechas», afirma Peio Oria, director de Aemet en Nafarroa.
La campaña de refuerzo de los bomberos forestales se activó a principios de mes. Ayer les tocó entrar a fondo, al producirse varios incendios originados por rayos, todos ellos en montes de la Zona Media. Los fuegos se originaron por la noche, después de que el calor desatara tormentas con gran aparato eléctrico que azotaron fuertes vientos, pero que apenas dejaron agua.
El incendio menor y el primero en controlarse tuvo lugar en la zona de Tafalla. El segundo, más complejo de contener, estaba por la tarde perimetrado y se desató en zonas arboladas del término de Olleta, en el confín más al sureste de la Baldorba. Y el que más preocupaba al cierre de esta edición quemaba la sierra de Leire y provocó a media tarde el desalojo del monasterio por precaución, pues las llamas seguían descontroladas tras el último cambio en la dirección del viento.
Pese a no ser una jornada especialmente ventosa, las labores de extinción se veían complicadas por la sequedad extrema. Esta ola de calor no es la primera anomalía climática de este año. El mes de mayo ha sido el más seco del que se tienen registros y o mucho cambia o un junio así tampoco lo hemos vivido antes.
La previsión del tiempo es que el calor no solo no dará tregua hasta el domingo, sino que irá en ascenso, haciendo la situación aún más delicada para la propagación de incendios forestales. Oria estima que el sábado, que se prevé como el día más caluroso, las temperaturas se eleven por encima de los 40 grados y que sea un registro solo visto en cuatro o cinco ocasiones anteriores.
Se ha adelantado tanto el calor que la mayoría del cereal está aún sin cosechar. Apenas se ha comenzado con la cebada en zonas de Erribera. Esto implica un mayor riesgo, en tanto que todos esos campos secos pueden convertirse en combustible que haga correr más aprisa al fuego. De ahí que la intervención de los bomberos deba ser inmediata.
Aunque el trigo y la cebada han crecido bien, las plantas se vean altas y las espigas grandes, están vanas. Los calores anómalos de mayo coincidieron con las fechas en las que el grano había de formarse, y no pudo ser. Se calcula una importante pérdida de la cosecha por estos granos que no crecieron adecuadamente.
José Javier Boulandier, responsable de Emergencias del Gobierno navarro, atendió a GARA de camino hacia Leire, adonde acudía a analizar la situación sobre el terreno. «Tenemos a seis recursos aéreos soltando agua. Llevamos trabajando toda la noche y ahora acaban de recomponerse las posiciones de los distintos equipos», explicó.
El incendio de la sierra de Leire era de arbolado, lo que le hacía más propenso a descontrolarse. En Olleta no se atrevían a declararlo dominado por esta razón, porque el fuego podía trepar hasta las copas y superar el perímetro. Así sucedió por la tarde, cuando se declaró un segundo incendio en esa zona. En cuanto al de Tafalla, que sí se propagó por los campos de cereal, estaba siendo vigilado por si las llamas se reactivaban. Lo hicieron, al menos, en dos focos distintos.
Boulandier, en su ruta hacia Leire, aprovechó para concienciar: «Hay mucho combustible dispuesto para arder. Hay que extremar las precauciones y no hacer fuego cerca de combustibles ligeros, como campos de cereal o ezpondas». Y llamar cuanto antes al 112.