Respondiendo al llamamiento de medio centenar de asociaciones, grupos y movimientos vecinales, una manifestación en la que han participado 2.000 personas, según los convocantes, ha recorrido esta tarde las calles de Donostia para denunciar las «nefastas políticas urbanísticas promovidas por el Ayuntamiento» y para reivindicar «la necesidad de un cambio del modelo de ciudad que responda a las necesidades de los vecinos y vecinas y de los barrios».
La marcha ha partido pasadas las 18.00 de las inmediaciones del parque de Araba y, tras recorrer varias calles del centro y Alde Zaharra, ha concluido sobre las 19.30 con un acto en Alderdi Eder, frente al Ayuntamiento. Ha estado encabezada por una pancarta con el lema «Hiri eredua aldatu, recuperemos Donostia», aunque también se han visto otras con las reivindicaciones concretas de algunos de los colectivos convocantes, como la de Stop Desahucios, que pedía «vivienda libre y asequible», la de la plataforma Bizilagunekin, que apostaba por «el decrecimiento turístico» o la del movimiento Satorralaia que exigía parar la construcción de la pasante subterránea del metro por el centro de la ciudad.
Los manifestantes, entre los que se encontraban concejales de los grupos municipales de EH Bildu y Elkarrekin-Podemos, han proferido gritos y portado carteles en contra de la apertura de más hoteles y de «la venta» de Donostia, así como contra el alcalde, Eneko Goia, a quien han acusado de ser «el veneno de los donostiarras».
En el comunicado que han leído al final de la movilización, los organizadores han querido dejar claro que «el sentir de cada vez más donostiarras es claro: la ciudad no está cambiando en función de las necesidades vecinales y los poderes públicos han dejado de pensar en una ciudad para sus habitantes».
Han alertado de que «la supeditación del urbanismo a los mercados turísticos y a los intereses especulativos de los inversores» está produciendo «graves perjuicios para la colectividad», y «decisiones importantes que afectan directamente a los y las donostiarras son tomadas en función de intereses económicos privados», lo que produce «consecuencias cada vez más negativas en las condiciones de vida de la mayoría de sus habitantes».
Como ejemplo de las «nefastas políticas» del Ayuntamiento han citado la «emergencia de la vivienda»; el «modelo económico precarizador» con la «sobreexplotación turística»; la «mercantilización y masificación de las calles» priorizando «los intereses comerciales en la gestión del espacio urbano»; la «elitización de la ciudad que contribuye a aumentar las desigualdades sociales»; las «políticas urbanísticas agresivas que se han acelerado» y la «destrucción de patrimonio arquitectónico», entre otras.
Por todo ello, han reclamado a los responsables de la ciudad «reorientar» sus políticas con el fin de «recuperar la ciudad para sus habitantes» y atender las carencias de los barrios.
En el acto de cierre, el actor Ramón Agirre ha cantado unos versos y también ha actuado el grupo musical irundarra Patxuko Nice.