NAIZ

Pese a la pandemia, toda la población vasca volvió a respirar aire insalubre en 2021

Pese a la reducción de la movilidad provocada por la pandemia, millones de habitantes de Hego Euskal Herria han seguido respirando aire contaminado, según constata el informe de Ecologistas en Acción.

La pandemia ha mejorado la calidad del aire, pero no lo suficiente. Personas caminan junto al Kursaal en Donostia.
La pandemia ha mejorado la calidad del aire, pero no lo suficiente. Personas caminan junto al Kursaal en Donostia. (Jon URBE | FOKU)

La pandemia supuso una reducción de la movilidad en 2021, lo que provocó «una mejora general sin precedentes de la calidad del aire». Sin embargo, la población de Hego Euskal Herria ha seguido respirando aire contaminado, aunque no se han superado los límites legales, según constata el informe elaborado por Ecologistas en Acción. 

Este informe analiza los datos recogidos en 800 estaciones de medición instaladas en el Estado español, de las que 80 corresponden a Hego Euskal Herria.

Entre las principales conclusiones del informe destaca que durante 2021 la calidad del aire ha mantenido la mejora sustancial ya observada durante 2020, año en el que también tuvo efecto la pandemia, con una reducción notable de los niveles de dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y ozono troposférico y una bajada más matizada de las partículas en suspensión, alcanzándose los mínimos de la última década.

El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2021 a la totalidad de la población vasca. En cambio, por la caída del ozono el territorio vasco no sufrió apenas contaminación que dañara la vegetación.

Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, no habría población que respiró aire contaminado ni superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación, por encima de los límites legales.

La estabilidad atmosférica primaveral activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El invierno en cambio resultó inestable y húmedo, favoreciendo la dispersión y deposición de los contaminantes típicos de esta estación (NO2 y partículas). El relativamente moderado calor estival contribuyó al descenso del ozono, pese a la intensa ola de calor de mediados de agosto.

Los factores esenciales para explicar la mejoría de la calidad del aire durante 2021 son la restricción general de la movilidad y la contracción económica derivadas de las medidas adoptadas para combatir el coronavirus, con la dramática situación sanitaria y social que se han vivido en los dos últimos años.

El ozono es el contaminante que presentó un año más una mayor extensión y afección a la población. Las partículas (PM10 y PM2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire siguieron afectando a la práctica totalidad de la población vasca. Todas las estaciones urbanas e industriales de Hego Euskal Herria excedieron las nuevas recomendaciones de la OMS para el NO2.

Responsabilidad de las administraciones

Ecologistas en Acción denuncia que pese a que los planes para la mejora del aire son obligatorios en base a la legislación vigente, las administraciones no actúan al respecto.

«La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, designar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Atlántico, y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas», destaca Ecologistas en Acción.