Después de dos años de ausencia, debido a la pandema, el Festival Internacional de Cine de Donostia ha vuelto a tomar la sede madrileña de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas este viernes para presentar la relación de títulos estatales que concurrirán este año en sus distintas secciones. Para el director del certamen, José Luis Rebordinos, este evento, junto a la presentación de los carteles en mayo, marca el pistoletazo de arranque del festival, que este año alcanza su edición número 70, una cifra redonda que llevará aparejado todo un programa de actividades paralelas y una reivindicación, la de devolver el público a las salas: «Toca regresar a los cines; si hoy no volvemos a las salas, dentro de unos años nos vamos a arrepentir de ello», comenta Rebordinos antes de anunciar las películas que podrán verse este año en Donostia.
Entre los títulos anunciados hay varias producciones vascas, cuya selección demuestra el buen momento que vive el cine de Euskal Herria: «En los once años que llevo dirigiendo el festival nunca habíamos tenido tanta oferta de películas vascas», manifestó Rebordinos en declaraciones exclusivas para NAIZ. Para el máximo responsable del Zinemaldia, «hay que valorar como un hito el hecho de que, por primera vez en la historia tengamos dos producciones vascas compitiendo por la Concha de Oro».
Los títulos a los que se refiere Rebordinos son ‘La consagración de la primavera’, producida por Koldo Zuazua y que supone la tercera presencia del director sevillano Fernando Franco en Zinemaldia, y ‘Suro’, ópera prima del donostiarra Mikel Gurrea. Gurrea se ha mostrado especialmente emocionado con el hecho de que su película compita por la Concha de Oro porque «aunque suene a cliché, yo he crecido con el Zinemaldia, si no hubiera mamado todo ese cine de todo el mundo, hoy no estaría haciendo películas».
‘Suro’ es el primer proyecto de las residencias de Ikusmira Berriak que compite por la Concha de Oro, algo que también supone un valor añadido para su director: «Es como cerrar un círculo. Nosotros empezamos esta película sin un guion con Pol López, que es uno de los dos protagonistas, haciendo talleres de improvisación en las residencias de Ikusmira Berriak. Ahora mismo hay toda una generación de cineastas vascos que, ya sea a través de esta u otras residencias o del programa Kimuak, está empujando mucho. Luego también hay una coordinación entre entidades e instituciones que trabajan para que eso sea así. Ojalá que siga ese apoyo y que crezca».
Esta cooperación institucional a la hora de impulsar el audiovisual vasco también ha sido reconocida por José Luis Rebordinos quien comenta a NAIZ que «lo importante, más allá de que tengamos puntos de vista diferentes, es que Gobierno Vasco, televisiones y festivales, todos, rememos en la misma dirección para apoyar nuestro cine. Yo creo que si ahora mismo el cine vasco tiene el reconocimiento que tiene en el Estado y la proyección internacional que está empezando a adquirir es justamente por eso».
El Velódromo como símbolo
Al margen de la Sección Oficial y de la programación de Zinemira, que será anunciada próximamente, prácticamente todas las secciones del festival tendrán este año presencia vasca. New Directors acogerá la ópera prima de la gasteiztarra María Elorza, ‘A los libros y a las mujeres canto’. La directora alavesa ya estuvo presente con alguno de sus cortometrajes en anteriores ediciones del certamen cuando formaba parte del colectivo Las chicas de Pasaik.
Por su parte, en Zabaltegi-Tabakalera se proyectarán los cortometrajes ‘Cuerdas’, de Estíbaliz Urresola Solaguren, y ‘Hirugarren Koadernoa’, de Lur Olaizola.
Una cita con Fermin
Sin embargo, una de las producciones vascas que más aplausos ha suscitado al ser anunciada ha sido ‘Black is beltza II. Ainhoa’, de Fermin Muguruza. El músico y cineasta irundarra ha atendido a NAIZ para explicarnos cómo se fue gestando este proyecto: «Hacer una película de animación es como un viaje a Ítaca, llegas exhausto. Cuando estrenamos ‘Black is beltza’, no teníamos muy claro que fuera a haber una segunda parte pero después de aquella experiencia tenía detrás a todo un equipo de trabajo empujando para hacerla y además me apetecía contar la historia de Ainhoa, la hija de los protagonistas de ‘Black is Beltza’ y ubicarla en 1988, que fue un año muy importante para mí pues fue cuando publicamos con Kortatu el ‘Azken Guda Dantza’».
«Todo ese proceso coincidió con un episodio muy doloroso, como fue la muerte de mi hermano, que me dejó destrozado, pero también me sirvió de motivación para hacer esta película como una especie de homenaje a él», ha añadido. Además de estar feliz de llevar a cabo la première mundial de su nueva película en el marco del Zinemaldia, donde ya estrenó ‘Black is Beltza’, Muguruza confiesa el valor simbólico que tiene para él que dicho estreno sea en Anoeta: «Ir al Velódromo es muy especial porque, para nosotros, fue el espacio donde celebramos la victoria de Negu Gorriak en el proceso judicial contra Galindo. Fue un triunfo de la libertad de expresión que toda la gente de nuestra generación recuerda. Ya hay gente que me dice que está desempolvando la camiseta de Negu Gorriak para asistir con ella a la proyección».
Asimismo, Fermin Muguruza espera que la visibilidad que confiere el Zinemaldia a las películas seleccionadas, allane el camino para que ‘Black is Beltza II: Ainhoa’ pueda ser distribuida: «Sabemos que hay cines en el Estado español que nos van a apoyar pero también soy consciente de que hay una censura implícita hacia todo lo que yo haga. Hay gente que con solo ver mi nombre ya pide que se me vete. Es una dificultad adicional de cara a mover una película pequeña como esta en un escenario dominado por los blockbuster».