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Un ataque en el puerto de Odessa ensombrece el acuerdo para el desbloqueo del cereal

Ucrania acusa a Rusia del bombardeo este sábado del puerto de Odessa, cuya responsabilidad Moscú rechaza. El ataque se ha producido después de que ambos países sellaran un acuerdo para reanudar las exportaciones de grano, bloqueadas por la guerra sobre todo en esta terminal clave del mar Negro.

Grano almacenado en una granja cerca de Izmail, en la región de Odessa.
Grano almacenado en una granja cerca de Izmail, en la región de Odessa. (Oleksandr GIMANOV | AFP)

Dos misiles de crucero han alcanzado este sábado el puerto de Odessa, ensombreciendo así el acuerdo histórico que Rusia y Ucrania firmaron por separado el viernes con Turquía y Naciones Unidas, con el objetivo de desbloquear las toneladas de cereal ucraniano bloqueadas en esa infraestructura portuaria y de aliviar así la crisis alimentaria mundial.

El puerto de Odessa es uno de los designados para reanudar las cruciales exportaciones de grano ucraniano a países necesitados, tal y como quedó pactado este viernes en Estambul.

«El enemigo atacó el puerto marítimo de Odessa con misiles de crucero Kalibr. Dos de los proyectiles fueron derribados por las fuerzas de defensa aérea. Dos impactaron en la infraestructura portuaria», ha precisado Sergii Brachuk, portavoz de la administración regional de Odessa.

Al disparar misiles contra el puerto, el presidente ruso, Vladimir Putin, «ha escupido en la cara del secretario general de la ONU, António Guterres, y del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que han hecho enormes esfuerzos para alcanzar este acuerdo», ha señalado por su parte el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Oleg Nikolenko. Y ha añadido Rusia deberá asumir «toda la responsabilidad» si fracasa el acuerdo y «se profundiza la crisis alimentaria mundial».

El ministro de Defensa de Turquía, Hukusi Akar, ha declarado después que las autoridades rusas han negado su participación en el ataque.

Las reacciones no se han hecho esperar. Guterres ha condenado «inequívocamente» el ataque y ha enfatizado que «la plena aplicación (del acuerdo) por la Federación Rusa, Ucrania y Turquía es imperativa».

En la misma línea, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, ha tildado el ataque de «reprobable». «Golpear un objetivo crucial para la exportación de granos un día después de la firma de los acuerdos de Estambul es en particular reprobable y de nuevo demuestra el total desprecio de Rusia por el derecho y los compromisos internacionales», ha escrito en Twitter.

El acuerdo firmado en Estambul es el primer gran pacto entre las partes en conflicto desde que comenzó el 24 de febrero la invasión rusa y era esperado con ansias para ayudar a mitigar el hambre que, según la ONU, enfrentan 47 millones de personas adicionales debido a la guerra.

20 millones de toneladas de trigo

Ucrania se negó a firmar directamente en el mismo documento con Rusia, por lo que ambos países firmaron acuerdos idénticos por separado con Turquía y la ONU, en presencia de Guterres y Erdogan, en el palacio Dolmabahce de Estambul, en el estrecho de Bósforo.

«Hoy hay un faro en el mar Negro, un faro de esperanza, un faro de alivio», declaró Guterres poco antes de la firma.

Erdogan, pieza clave en la negociación, dijo esperar que el acuerdo «reviva el camino a la paz».

Antes de firmar, Ucrania advirtió de que daría «una respuesta militar inmediata» si Rusia viola el pacto y ataca sus barcos o incursiona en sus puertos.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha dicho que la ONU deberá velar por el cumplimiento del acuerdo, que incluye el tránsito de barcos con granos ucranianos por corredores seguros para evitar las minas en el mar Negro.

Hasta 20 millones de toneladas de trigo y otros granos están bloqueados en los puertos ucranianos, sobre todo en Odessa, por buques rusos de guerra y las minas que puso Kiev para evitar un ataque anfibio.

El acuerdo sobre granos fue firmado un día después de que Rusia pusiera de nuevo en funcionamiento el gasoducto Nord Stream 1 tras un parón para realizar tareas de mantenimiento. Pero analistas advierten de que el suministro de gas sea insuficiente para evitar una escasez energética en Europa el próximo invierno.