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Lustrando las raíces rurales de los hermanos Castro en Galicia

Tal como hicieron su tío Fidel y su padre Raúl hace años, Mariela Castro ha visitado Láncara, en Galicia, la tierra natal de su abuelo. Hoy la «humilde choza» donde nació Ángel Castro antes de partir hacia Cuba definitivamente se ha convertido en un centro de interpretación de la emigración gallega.

Mariela Castro, acompañada del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane.
Mariela Castro, acompañada del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane. (CONCELLO DE OLEIROS)

Hace tres décadas, un Fidel Castro ya entrado en años paseó por una «choza muy humilde» en la que nació su padre, Ángel. En 2005, Raúl, con 73, hizo lo propio. Ahora ha sido Mariela, hija de este último, la que ha lustrado las raíces rurales de su familia.

Esa vivienda, una de las «más pobres de la zona», según palabras del fallecido líder de la revolución cubana, es hoy Casa Láncara y pretende consolidarse como un verdadero centro de interpretación de la emigración gallega.

La construcción, de una sola planta y levantada sobre piedra, fue cedida por la familia a la asociación Amistad y Solidaridad Láncara-Cuba con la única condición de que recrease fielmente la vivienda en la que residía Ángel, un joven que emigró a Cuba al poco tiempo de regresar al Estado español después de haber servido como soldado de las tropas peninsulares durante la Guerra de Independencia de 1895. Ángel acabó siendo dueño de una hacienda en Birán, en la provincia de Holguín, donde murió el 21 de octubre de 1956.

Mariela, nieta de ese gallego al que el azúcar convirtió en un rico terrateniente, ha querido este 2022 viajar a Galicia en señal de agradecimiento. En su viaje, la diputada en la Asamblea Nacional de Cuba y directora del Centro Nacional de Educación Sexual ha estado acompañada, tanto en la jornada de este viernes como en la víspera, por el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, castrista confeso.

En la aldea de su ancestro, Mariela leyó unas palabras de su padre, Raúl, en las que éste mostró su satisfacción por el destino dado al hogar de un «generoso y noble gallego de apellido Castro», justo como lo describía Fidel. Aplaudió Raúl que esa morada sirva desde ya, pues la pandemia impidió hacerlo antes, para rendir tributo a todos quienes cruzaron el Atlántico.

«Interpretar, recordar y aprender» lo que fue aquel éxodo y sobre todo a América, completó Mariela, al honrar a su pariente, al abuelo que dejó atrás su cuna natal, la cual añoraba, por una acuciante necesidad económica. Ella no pudo conocerlo pero, como confesó, sabe de él porque su progenitor le habló largo y tendido.

María Teresa López, hija de un primo carnal de los Castro, y otra de las acompañantes de Mariela, tuvo mucho que ver en el diseño de esta suerte de pinacoteca, pues tanto Fidel como Raúl le pidieron en una reunión privada que fuera un símbolo para el pueblo.

Así, se puso a disposición de Antonio Sobrado, presidente de la Asociación Amistad y Solidaridad Láncara-Cuba, y germinó Casa Láncara, con cuatro temáticas: la emigración gallega hacia las Américas, la vida de Ángel Castro, las visitas de los Castro Ruz a Láncara y, por último, su papel en la historia de Cuba.

El tercero de los capítulos es el que suscita mayor interés, así como sus anécdotas, entre ellas el escenario montado ante las cámaras para una partida de dominó entre Fidel Castro y su anfitrión Manuel Fraga, el fundador del PP que acompañó a Castro en esa breve estadía que había transcurrido entre pasodobles y congas.

Mariela ha desvelado ahora en su recorrido por la comunidad junto a García Seoane que entre su parentela hay mucho fervor por la comida gallega y sus tradiciones. Y, como anécdota, en la memoria colectiva todavía persiste el momento en que los escoltas de Fidel se abalanzaron sobre el fuego con el que se prende la queimada (bebida de aguardiente de orujo con azúcar y corteza de limón) creyendo que dentro había un artefacto pirotécnico.

Emma, la sexta hija de Ángel y de Lina, ha estado, como Mariela, en Galicia este julio para, en un sucinto pero emotivo discurso, contar que la mitad de su sangre es «gallega» y que Ángel, su padre, les legó, tanto a sus hermanos como a ella, sólidos valores que la han «ayudado mucho en la vida».

La foto de Mariela Castro estuvo este sábado en Oleiros. Allí, García Seoane celebró con ella «un encuentro muy agradable en el que nos agradeció el apoyo que siempre prestamos a la República».