Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Vivieron y murieron unidos por su pasión por el fuego que surge de la tierra

‘FIRE OF LOVE’
Canadá-EEUU. 2022. 93' Dtora.: Sara Dosa. Guion: Sara Dosa y Shane Boris. Prod.: Sara Dosa, Shane Boris e Ina Fichman. Int.: Katia Krafft y Maurice Krafft. Voz V.O.: Miranda July. Fot.: Pablo Álvarez-Mesa. Mús.: Nicolas Godin. Mont.: Erin Casper y Jocelyne Chaput.

Maurice Kraft y Katia Krafft protagonizan este documental sobre sus experiencias en vulcanología.
Maurice Kraft y Katia Krafft protagonizan este documental sobre sus experiencias en vulcanología. (NAIZ)

El documental es un género que ha visto subir su cotización con el auge de las plataformas, a la vez que el gran público empieza a comprender que hay historias que sólo pueden ser contadas a través de sus protagonistas reales, y que perderían su verdad al ser llevadas a la ficción. Por eso una de las sensaciones del festival de Sundance fue ‘Fire of Love’ (2022), que ganó el premio Jonathan Oppenheim al Mejor Montaje para Erin Casper y Jocelyne Chaput. Pero el mayor éxito fue la adquisión millonaria de los derechos de exhibición por parte de National Geographic Documentary Films, que ha tenido a bien estrenar la película en salas de cine por su espectacularidad.

La cadena pública estadounidense PBS ya dedicó un documental en vida a Katia Krafft y Maurice Krafft tiktulado ‘The Volcano Watchers’ (1984). Precisamente el problema con el que se encontró la documentalista Sara Dosa para hacer ‘Fire of Love’ (2022) era la cantidad ingente de material audiovisual, más de doscientas horas, que existe sobre la pareja de vulcanólogos. Porque Mauirce, que solía llevar la cámara, lo grababa todo. Era una manera más de documentar sus estudios científicos, recogiendo muestras de la actividad volcánica a lo largo de todo el planeta tierra.   

Desde que se conocieron siendo estudiantes en la Universidad de Estrasburgo, compartieron toda su carrera hasta el final. Tenían muy asumido el sentido del riesgo, ya que necesitaban acercarse cada vez más a las entrañas de los volcanes en eurpción, para desvelar sus misterios. Aunque fueron desarrollando trajes especiales ignífugos, además de cascos y botes preparados para navegar sobre la lava candente, los accidentes acababan siendo inevitables. Fallecieron en 1991 en el monte japonés de Uzen, en una tragedia colectiva que se cobró 41 víctimas, entre vulcanólogos, bomberos y periodistas.