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Consejos para el curso escolar: hacer ejercicio, mochila a la espalda, fijar rutinas y animar

El comienzo del curso escolar está a la vuelta de la esquina y unos consejos médicos pueden ayudar a llevarlo de una manera más acertada. Que los estudiantes hagan ejercicio, lleven la mochila en la espalda con un peso adecuado, fijar rutinas y transmitir ánimo son algunas de esas pautas.

Una serie de consejos puede ayudar a sobrellevar el comienzo del curso escolar.
Una serie de consejos puede ayudar a sobrellevar el comienzo del curso escolar. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

Hacer ejercicio, llevar la mochila a la espalda con un peso adecuado, fijar rutinas y transmitir ánimo son algunos de los consejos que ofrecen los médicos de cara a afrontar el curso escolar.

Sobre el primero de ellos, el estudio ActiveBrains, liderado por la Universidad de Granada (UGR), ha analizado el efecto de un programa de ejercicio físico aeróbico y de fuerza de cinco meses, tres veces por semana, en niños con sobrepeso u obesidad, concluyendo que los escolares que realizan ejercicio tienden a mejorar «su inteligencia de forma destacada, y también su flexibilidad cognitiva y rendimiento académico».

Su trabajo ha demostrado que en una etapa de crecimiento y desarrollo cognitivo y cerebral como es la niñez, el ejercicio físico practicado de forma regular durante casi medio año mejora la inteligencia a nivel general, y especialmente la inteligencia cristalizada, que es la «asociada con el vocabulario verbal y conocimiento adquirido a lo largo de la vida en contexto escolar y fuera de él».

Además, el programa de ejercicio mejoró también de forma significativa la flexibilidad cognitiva, que es la habilidad mental que tiene una persona de adaptarse a tareas o reglas cambiantes, mantener múltiples conceptos simultáneamente y cambiar la atención entre diferentes tareas y reglas.

Es importante destacar que el programa de ejercicio mejoró también el rendimiento académico total, siendo especialmente las matemáticas y la resolución de problemas, las capacidades más potenciadas, han indicado desde la UGR.

En el caso del ámbito escolar, se asegura que si se aumentara el número de horas de educación física a una hora diaria, es decir, cinco por semana, se podría mejorar la inteligencia, rendimiento cognitivo y académico de los estudiantes.

La importancia de la mochila

Otro aspecto importante tiene que ver con un elemento imprescindible del curso escolar como la mochila. Sobre ella, los expertos plantean que no supere el 15% del peso corporal de quien la lleva, además de ser acolchada y que disponga de asas anchas y un cinturón que permita abrochársela a la cintura.

«En general, para la espalda de los niños, son más recomendables las mochilas de asas con cinturón que las de ruedas. Con un peso, siempre es mejor para la espalda empujar que tirar», ha afirmado la doctora Helena Bascuñana, vicepresidenta de la Sociedad de Rehabilitación y Medicina Física del Estado.

Estas recomendaciones dan a entender que la mochila con ruedas no es tan buena como se creía, ya que hace que los niños «acaben levantándola con una sola mano y que la distribución del peso sea peor, con riesgo de generar dolor en la espalda».

Además, asegura que llevar mucho peso en la mochila puede provocar que los niños acaban teniendo una talla más baja de la que deberían, es decir, que crezcan menos.

Establecer rutinas

Pero tan importante como cuidar las cuestiones físicas lo es el terreno psicológico, para el que los expertos también establecen una serie de pautas que pueden facilitar el retorno a las aulas.

Como trabajo previo, realizan dos consejos. En primer lugar, preparar paulatinamente los cambios de horarios. Tras unos meses de relajación, conviene que los días previos se vayan aproximando a los que marcarán el momento de levantarse o de acostarse. Y una vez iniciado el curso, los expertos recomiendan evitar las prisas mañaneras, así que promueven levantarse con el tiempo suficiente para poder desayunar y llegar al centro con tranquilidad.

Y el segundo consejo para los días previos pasa por visitar el centro escolar unas jornadas antes del comienzo del curso, en especial en el caso de los más pequeños, para que vayan haciéndose a la idea de que toca empezar a ir ese lugar.

Empezar de forma positiva

Una vez que llega el momento de la verdad, aconsejan animarles a empezar de forma positiva. Para ello, plantean hablarles de los aspectos positivos del regreso a las aulas, como el reencuentro con los amigos, aprender cosas nuevas, las excursiones, las nuevas amistades... Además, y especialmente con los estudiantes de menor edad, recomiendan que la despedida en el centro sea tranquila y «sin dramas».

Para que el cambio respecto a las vacaciones no resulte tan brusco, se considera muy importante que, tras las clases, se desarrollen actividades de juego y entretenimiento variado, que además de ‘cargarles las pilas’, les alejan del sedentarismo y el aislamiento social.

Desde el ámbito médico, también se plantea la posibilidad de efectuar revisiones que sirvan para detectar alteraciones que afectan al rendimiento escolar, como ocurre con un déficit de visión, que puede estar detrás de una falta de motivación por los estudios o de unos malos resultados académicos.