Cohete para la Guarroneta
Su labor de llenar el buche festivo de madrugada se ha ganado estómagos y corazones del personal más jaranero de Agoitz.
Con demasiada frecuencia se achaca a los jóvenes no tener mucho interés por las cosas importantes de la vida y de preocuparse únicamente del móvil y de las redes sociales en busca de la chorrada de turno. Una generalidad que resulta injusta y que puede deberse a que sus intereses son muy diferentes de los de las generaciones precedentes, como probablemente siempre ha ocurrido.
Al menos esa impresión me ha causado lo sucedido con la designación del txupinazo de las pasadas fiestas de Agoitz. En la reunión celebrada para dirimir esa cuestión, lo esperable era que los colectivos se decantaran por alguna persona de la localidad a la que honrar con ese lanzamiento, como terminó siendo. Pero la juventud se destapó planteando que prendiera la mecha del cohete la Guarroneta.
Con ese coloquial nombre se conoce a una food truck de Lasarte-Oria que, durante las fiestas, aparca ante el Ayuntamiento para atender el hambre de los jaraneros con su menú de hamburguesas, sándwiches, patatas bravas y un largo etcétera.
Inicia su actividad antes del toro de fuego y la prolonga hasta que el sol diga que es de día, de tal manera que los incondicionales del mambo pueden saciar su apetito con nocturnidad y alegría.
Así que esa labor «social» de llenar el buche a altas horas de la madrugada o incluso cuando el amanecer les sorprende saliendo del último bar abierto ha hecho que la Guarroneta se haya ganado no solo el estómago del personal más jaranero de la villa, sino también su corazón.
Un cariño correspondido, ya que el último día de fiestas, una pizarra colgada en un lateral de la “furgo jaiak” señalaba «Eskerrik asko Aoiz/Agoitz», seguido de un corazón, al tiempo que anunciaba una bajada de precios para engrasar el siempre triste Pobre de mí.
Los currelas de la Guarroneta no serán originarios de la localidad, «simples» de pata negra, pero no me extrañaría que, con el tiempo, terminen dando inicio a unas fiestas en las que se han convertido en un elemento imprescindible.