Maite Ubiria
Aktualitateko erredaktorea, Ipar Euskal Herrian espezializatua / Redactora de actualidad, especializada en Ipar Euskal Herria

Tras 32 años de castigo, la puerta de la cárcel se abrirá para Parot y Esnal

La Sección de Aplicación de Penas del Tribunal de Apelación de París acordó ayer conceder la libertad condicional a Ion Kepa Parot y Jakes Esnal. Los magistrados aceptaron las peticiones de los dos presos, de 71 años de edad, y que han pasado los últimos 32 años encarcelados.

Maite Esnal abraza a Anaiz Funosas, delante de Frederic Espagnac y Filipe Aramendi, en la concentración de anoche en Donibane.
Maite Esnal abraza a Anaiz Funosas, delante de Frederic Espagnac y Filipe Aramendi, en la concentración de anoche en Donibane. (Bob EDME)

La noticia que mantenía en vilo a dos presos de 71 años de edad y a sus familias se conoció a primera hora de la tarde. La Sala de Aplicación de Penas del Tribunal de Apelación de París aceptaba, mediante decisión firme, las demandas de liberación condicional presentadas por la defensa de Ion Kepa Parot y Jakes Esnal.

Tras la excarcelación en 2020 de otro de los detenidos en la misma redada, Frédéric Xistor Haranburu, la exigencia de excarcelación de Esnal y Parot ha centrado, en gran medida, los esfuerzos de la sociedad civil y de los electos de Ipar Euskal Herria.

Por ello, correspondió a Bake Bidea y Artesanos de la Paz confirmar la noticia que promete marcar un antes y un después en el camino abierto tras la Declaración de Aiete, en 2011, y que tuvo uno de sus hitos principales en la Jornada de Desarme (2017) que precedió a la desaparición definitiva de ETA un año después.

De ese largo camino realizado daba cuenta, a media tarde, la delegación que, con el lehendakari Jean-René Etchegaray y la presidenta de Bake Bidea, Anaiz Funosas, a la cabeza, compareció ante los medios de comunicación en la propia sede de la Mancomunidad Vasca, en Baiona.

La experiencia de Xistor Haranburu puede servir de guía para prever la evolución que la decisión del Tribunal de Apelación tendrá en las vidas de Esnal y Parot. El pasado mes de mayo, el de Senpere completaba el periodo probatorio fijado por el juez de manera previa a su excarcelación en 2020. Se le retiraba así la pulsera telemática y, aunque con el deber de cumplir otras medidas de control, Haranburu entraba de esa forma en el periodo de libertad condicional propiamente dicho, que se extenderá hasta el año 2030.

Maritxu Paulus Basurco, abogada de Haranburu y también de Esnal, ha remarcado en reiteradas ocasiones que la concesión de la condicional no equivale a una libertad completa, dadas las medidas que se aplican a los expresos.

Con todo, el paso dado por la Justicia gala marca un cambio fundamental en lo humano, y también aporta una perspectiva distinta para los actores comprometidos con la resolución de las consecuencias del conflicto y la construcción de la convivencia.

Según lo adelantado por la defensa, a la espera de que se concrete la fecha de salida de Jakes Esnal y Ion Kepa Parot -cuyo hermano Unai sigue en prisión, aunque se le haya concedido recientemente el traslado a la prisión alavesa de Zaballa-, a los dos labortanos se les aplicarán sendos periodos probatorios de un año de duración cada uno.

El primero regresará a Donibane Lohizune desde la prisión de Lannemezan, en la que recibió la noticia de su próxima puesta en libertad rodeado de una docena de compatriotas. Esta es la cárcel que reúne a más prisioneros vascos desde que París iniciara los acercamientos en febrero de 2018. El segundo saldrá libre desde la cárcel de Muret, cercana a Tolosa (Occitania), en la que actualmente es el único vasco, para reencontrarse con su familia en Baiona.

Cadena perpetua en 2017

Esnal y Parot, detenidos en abril de 1990, fueron condenados a cadena perpetua en 1997 por pertenencia a ETA. Sin embargo, como la cadena perpetua real choca con la doctrina en vigor en la Unión Europea, las sentencias de los condenados a esa pena máxima marcan un periodo de seguridad tras el que el preso puede demandar la libertad condicional.

Aunque hace década y media que Parot y Esnal cumplieron con ese requisito legal, los tribunales les han venido negando reiteradamente esa posibilidad de completar fuera de prisión el castigo.

De hecho, la Fiscalía Antiterrorista se mantuvo firme en su rechazo a la excarcelación de los dos presos, también en el examen de su última demanda. No dudaba para ello en recurrir a argumentos como el «riesgo de reincidencia» de dos septuagenarios a los que se encarceló por ser miembros de una organización armada que ya no existe.

Sin obviar «la gravedad de los delitos por los que fueron condenados», un amplio abanico de la sociedad de Ipar Euskal Herria ha entonado un insistente «basta ya» en relación a la prolongación del castigo a los dos prisioneros. Ello ha llevado a los principales representantes institucionales del país a implicarse en favor de la salida de Esnal y Parot.

Como prueba de ello, a la muestra de satisfacción por la decisión judicial expresada por cargos de la Mancomunidad Vasca en la comparecencia celebrada en la sede de la institución, en la capital labortana, se sumó la del consejo departamental presidido por Jean Jacques Lasserre, desde Pau.

Si desde Hego Euskal Herria el Foro Social valoraba positivamente la decisión «por humanidad y sentido común», desde París La Liga de Derechos Humanos (LDH) se refería a ese fallo, por boca de su presidente, Malik Salemkour, como «una decisión justa». Eran solo algunas de las reacciones suscitadas por la decisión que con tanta determinación han buscado las personas que han acudido a manifestaciones o que, dando un paso más, han realizado acciones de desobediencia civil.

Ocupaciones

Las ocupaciones de la Oficina de Impuestos de Biarritz o el peaje de la autopista A63 a la altura de la misma localidad labortana y el plante ante la Subprefectura de Baiona sirvieron de calentamiento para esa dinámica de «acciones decididas» que anunciaron, a pie de calle, tras la movilización de enero Bake Bidea y Artesanos por la Paz. Una dinámica in crescendo que, tras el anuncio del Tribunal de Apelación, el 21 de julio, de que postergaba hasta después de verano su decisión sobre Parot y Esnal tomó cuerpo en la jornada de bloqueo del 23 de ese mismo mes.

El aeropuerto, la autopista, las vías del tren, entre otras muchas vías de comunicación de los tres territorios fueron bloqueadas por las 1.700 personas que paralizaron el país para señalar a París que era hora de poner fin a más de tres décadas de encierro de dos presos y abrir, de paso, una nueva puerta al futuro.