La etapa de Julen Lopetegi al frente del Sevilla finalizó anoche con una goleada ante el Borussia Dortmund (1-4). El técnico vasco se despidió al acabar el encuentro, agradecido y emocionado a partes iguales con la afición del Sánchez Pizjuán. Volvió a morderse la lengua, consciente de que estaba sentenciado de antemano. Tampoco ha querido ahondar en reproches en el acto organizado esta mañana. Triste forma de salir de un club después de tres temporadas en las que ha logrado la clasificación para la Champions vía Liga y una Europa League. El de Asteasu ha promediado el mayor número de victorias en la historia del conjunto andaluz, pero su estilo de fútbol físico y de presión nunca ha terminado de convencer del todo a la grada.
El desgaste era patente al final de la temporada pasada. Desde la eliminación ante el Betis en Copa, con aquel partido que se suspendió tras lanzar un objeto que golpeó a Jordán, el Sevilla no volvió a ser el mismo. La renta que disponía le permitió asegurar la plaza de Champions. Sin embargo, se había roto la confianza en el técnico y surgieron dudas sobre su continuidad.
Monchi, director deportivo, hizo valer su autoridad como pieza clave en el crecimiento experimentado por el club en las últimas décadas. Ambos llegaron de la mano en 2019, en el retorno de Monchi tras su periplo en Roma. Su acierto en los fichajes ha sido fundamental, pero este verano no ha sido capaz de reflotar el equipo por las dificultades económicas que arrastra. El modelo del Sevilla también tiene sus limitaciones.
Ha vendido a los centrales Koundé por 50 millones y Diego Carlos por más de 30 millones y también se ha desprendido del argentino Lucas Ocampos, cedido al Ajax. Los sustitutos, entre ellos el exmadridista Isco, no han alcanzado un nivel similar. Ya en pretemporada se atisbaban nubarrones al caer goleados por 6-0 en un amistoso contra el Arsenal. La imagen del equipo fue lamentable y en el inicio de las competiciones no ha podido levantar cabeza.
Lopetegi tan solo ha conseguido una victoria y tres empates en diez partidos. Ha encajado 21 goles y ha marcado 8. En Liga apenas ha sumado cinco puntos en siete jornadas y un empate en Champions. Ha salido goleado contra rivales como Barcelona (0-3), Manchester City (0-4) y Borussia. El Atlético también se impuso con comodidad a un equipo sin rumbo en el último duelo de Liga en el Pizjuán (0-2).
En el ámbito institucional las aguas también bajan revueltas. A las pérdidas económicas, se les han sumado las protestas contra el presidente Pepe Castro por los malos resultados.
Un viejo conocido como solución
Sampaoli, con Lillo de ayudante, saluda a Mendilibar en su anterior etapa en Sevilla. (Juanan RUIZ / FOKU)
Las miradas se han dirigido al palco en los últimos encuentros y Lopetegi ha acabado pagando los platos rotos. Su sustituto será Jorge Sampaoli. El argentino dirigió al conjunto andaluz en la temporada 2016/17 con éxito y se marchó a Argentina cuando recibió la llamada de la selección. Discípulo de Bielsa, en cuanto al estilo futbolístico, es un técnico apasionado que tratará de apelar al orgullo de los jugadores para reponerse cuanto antes. Dirigirá su primer entrenamiento este jueves por la tarde y debutará frente al Athletic este sábado (18.30).
En su anterior etapa cayó en San Mamés (3-1), con estreno goleador de Balenziaga, y se impuso a los rojiblancos con un gol de Iborra en Sevilla (1-0). Valverde se sentaba en el banquillo rojiblanco en aquella época.
Sampaoli triunfó en Chile ganando la Copa América en 2015, pero fracasó con la selección de su país en el Mundial de Rusia en 2018. Tras entrenar a los equipos brasileños como Atlético Mineiro y Santos regresó a Europa. Cogió las riendas del Olympique de Marsella en medio de una crisis y después de que los aficionados irrumpieran en un entrenamiento. Logró remontar el vuelo y la campaña anterior lo clasificó para la Champions, además de disputar las semifinales de la Conference League. Decidió no seguir al no estar de acuerdo con la política de fichajes.
En el Sevilla también necesitará refuerzos para revertir la situación. No es la primera crisis que supera el conjunto andaluz en los últimos años. El propio Sampaoli rehizo el equipo después de alzar tres títulos de Europa League consecutivos con Unai Emery.