Israel y Líbano, dos países técnicamente en guerra, han alcanzado este martes un acuerdo «histórico» sobre su frontera marítima, lo que resuelve una disputa de larga data sobre la demarcación de esas aguas ricas en gas en el Mediterráneo.
«Éste es un logro histórico que fortalecerá la seguridad de Israel, inyectará miles de millones en la economía israelí y garantizará la estabilidad de nuestra frontera norte», ha confirmado el primer ministro israelí, Yair Lapid, quien ha asegurado que el borrador «cumple todos los principios económicos y de seguridad establecidos por Israel».
El acuerdo, mediado por EEUU, busca poner fin a una disputa sobre unos 860 kilómetros cuadrados del mar Mediterráneo, que cubre los yacimientos de gas de Karish y Qana, de forma que Israel pasaría a explotar el primero y Líbano el segundo, según se ha filtrado en algunos medios especializados.
Diferencias de último minuto
El mediador estadounidense, Amos Hochstein, ya ofreció la semana pasada una propuesta final, que a priori contó con el beneplácito de ambas partes, pero Líbano solicitó unos cambios que Israel consideró inadmisibles y las negociaciones estuvieron a punto de descarrilar.
Para salvar las negociaciones, el fin de semana hubo un «intenso diálogo» entre los dos equipos negociadores a través de Hochstein hasta llegar a un borrador que ha sido aceptado por ambas partes, según han confirmado fuentes israelíes.
El primer ministro israelí también indicó que ha convocado para este miércoes a su Gabinete de Seguridad, seguido de una reunión especial del gobierno con todos sus ministros, para dar el visto bueno definitivo al borrador, aunque hace unos días ya les presentó los «fundamentos» de lo que sería una propuesta aceptable para Israel y su rechazo a los cambios solicitados por Líbano.
A la espera de que Líbano confirme formalmente que acepta el acuerdo, el presidente libanés, Michel Aoun, ha considerado «satisfactorio» el borrador final, ya que «preserva los derechos del Líbano a su riqueza natural», cuando el país sufre una de las peores crisis económicas de su historia y carece de fuentes energéticas para siquiera proporcionar electricidad a la población.
«La versión final de esta oferta es satisfactoria para el Líbano porque cumple con las demandas libanesas que fueron el centro de un largo debate en los últimos meses, y requirieron esfuerzo y muchas horas de negociaciones difíciles y complejas», ha anunciado Presidencia del país árabe en un comunicado.
Detalles por conocer
Aunque no han trascendido detalles de las negociaciones, Líbano habría rechazado la propuesta de la semana pasada porque no reconocía su exigencia de establecer la linde en la Línea 29 –una frontera temporal a la que Israel se retiró en 2000, establecida con boyas a cinco kilómetros de la ciudad israelí de Rosh Hanikra, en su extremo noroeste–, mientras Israel aspiraba a establecerla en la Línea 1, mucho más al norte, incluyendo Karish y Qana en sus aguas territoriales.
La disputa se habría solucionando estableciendo la frontera en la intermedia Línea 23, de forma que Israel explotará el yacimiento de Karish, al sur de esa linde, y Líbano el de Qana, al norte, aunque un alto funcionario israelí avanzó que Israel recibirá una compensación por «ceder los derechos» de Qana, ya que una parte de ese campo está en lo que el acuerdo reconocería como aguas israelíes.
Cabe señalar que Israel dio luz verde el sábado a la compañía Energean para comenzar a testear el gaseoducto de Karish tras insistir en que la explotación del lugar, que según ellos está fuera de toda disputa, ocurriría independientemente de que hubiera acuerdo, pese a las amenazas de Hizbulá de atacar Israel si eso sucedía.
Sin embargo, Hizbulá se ha pronunciado sobre el acuerdo expresando su respaldo a la postura del Gobierno libanés, ya que considera importante que el país pueda explotar sus recursos naturales. Ha asegurado que el grupo, muy poderoso e influyente en Líbano, «no interfirió en para nada» en las negociaciones.