Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

El sentido de la muerte voluntaria

EDÉN
Estado español. 2022. 90’  Dtora. y guion: Estefanía Cortés. Prod.: Pedro De La Escalera/ Montreux Entertainment/ La Caña Brothers/ La Colmena Producciones. Int.: Charlotte Vega, Marta Nieto, Ramón Barea, Israel Elejalde. Fot.: Pedro Vendrell Martínez. Mús.: Luis Hernaiz. Son.: Daniel Rodríguez.

Ramón Barea, Marta Nieto, Charlotte Vega e Israel Elejalde.
Ramón Barea, Marta Nieto, Charlotte Vega e Israel Elejalde. (NAIZ)

La cortometrajista Estefanía Cortés debuta en el largo con ‘Edén’ (2022), película seleccionada para la sección Punto de Encuentro de la Seminci de Valladolid. Ya es una tendencia entre las óperas-primas la opción abaratadora de escoger un único escenario con unos pocos personajes, si bien el cuidado puesto por la cineasta en la parte técnica ha elevado el presupuesto al millón de euros. También se ha buscado unas localizaciones elegantes y sobrias a la vez en el Balneario de Panticosa, sobre el que evoluciona un casting muy escogido, con el veterano Ramón Barea, junto a las actrices Marta Nieto, la joven Charlotte Vega y el pujante Israel Elejalde.

Estefanía Cortés se ha inspirado para el guion en una noticia procedente de Japón, donde un grupo organizó una quedada para suicidarse, y así poder morir en compañía. Lo cierto es que este tipo de actuaciones han proliferado en otros lugares por medio de convocatorias a través de las redes sociales. Una realidad que en su versión ficcional presenta una empresa clandestina, la del nombre del título, que se dedica a alojar en un resort en medio de la naturaleza a huéspedes dispuestos a acabar con su vida de forma voluntaria.

Allí van a coincidir Félix (Ramón Barea), Marina (Charlotte Vega), Lidia (Marta Nieto) y Víctor (Israel Elejalde). Marina es transportada con el rostro cubierto por un antifaz, dando lugar a cierta intriga de entrada. Pese a su juventud no quiere sufrir y prefiere morir, algo que conmueve a Félix, un anciano enfermo de cáncer que quiere evitar el dolor a sus seres queridos.

La desengañada Lidia también trata de evitar que la chica pase por todo lo que ella ha pasado, tras varios intentos fallidos de suicidio por su cuenta. En cambio, no entiende a Victor, cuya religión no debería permitirle un acto tan pecaminoso, pero es un ser lleno de contradicciones y zonas oscuras.