Bittor Franco Martínez, preso de Barakaldo de 48 años, ha cumplido condena este martes y en consecuencia ha quedado libre desde la cárcel de Basauri. A sus puertas se han acercado amigos y familiares para saludarle y reclamar con banderolas el retorno a casa del resto.
Atrás quedan 20 años de cautiverio. Instituciones Penitenciarias reconoció al pasarle a segundo grado que tenía superados desde 2017 los tres cuartos de condena requeridos para pasar a libertad condicional. La excarcelación se ha demorado cinco años más.
Franco fue detenido por la Ertzaintza en octubre de 2002 bajo acusaciones relativas a «kale borroka», en una redada centrada en Ezkerraldea, y condenado por ellas en la Audiencia Nacional.
Gran parte del cautiverio ha transcurrido en la otra punta de la Península, en Huelva, donde permaneció hasta 2020 y en duras condiciones de aislamiento. Desde allí fue trasladado a Estremera (Madrid); en 2021 se le acercó a Logroño; y solo en la recta final de condena ha estado en la cárcel que le correspondía por ser la más cercana a su domicilio, Basauri.
El encarcelamiento en Huelva hizo que no pudiera despedirse de su padre al fallecer en 2020. Etxerat denunció además que en este tiempo no podía ver a su hija de dos años, «inicialmente con motivo del confinamiento motivado por la pandemia y posteriormente, por las condiciones que impone la prisión de Huelva para las visitas».