Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / Redactor de Opinión, especializado en economía

Las precarias cuentas de Twitter

Los nuevos dueños de Twitter, encabezados por Elon Musk, tienen prisa por recortar gastos y aumentar los ingresos de la red social. La razón es que en la operación se han endeudado y han endeudado la compañía

Sede de Twitter en San Francisco
Sede de Twitter en San Francisco (David ODISHO)

Elon Musk cerró la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares el pasado 27 de octubre. Desde entonces las noticias a su alrededor son constantes y muchas de las primeras decisiones están relacionadas con el modo en el que el nuevo dueño debe lidiar con las cuentas para hacer frente a la deuda de la operación.

Al adquirir todas las acciones, la compañía dejó de cotizar en Bolsa, con lo que no está obligada a hacer públicas sus cuentas periódicamente. Una dificultad añadida para saber cómo le van las cosas al nuevo dueño de la red social.

Hay, sin embargo, algunos datos que dibujan un panorama bastante complicado. Nada más llegar, Elon Musk anunció que cobraría una cuota por la verificación de autenticidad de las cuentas de 8 dólares mensuales. Una nueva fuente de ingresos al margen de la publicidad, su principal entrada de efectivo. Una semana más tarde anunció el despido de la mitad de los 7.400 trabajadores de la red social. Todavía no está claro cuál será la cantidad definitiva.

Los nuevos dueños de Twitter están tratando al mismo tiempo de reducir costos y de aumentar ingresos. ¿Y por qué esa urgencia?

Los números de la adquisición

En primer lugar, porque Elon Musk y sus socios solamente pusieron alrededor de 30.000 millones del precio total. El resto es un crédito de unos 13.000 millones que está garantizado con los activos de Twitter. Es decir, se trata de una compra apalancada en la que el comprador adquiere algo y para pagarlo pones de garantía la empresa adquirida. De este modo, Musk ha cargado sobre la compañía 13.000 millones más de deuda.

Según el último balance hecho público por la compañía en junio, Twitter tenía 5.290 millones de deuda antes de la adquisición. No se sabe si fue refinanciada antes de la adquisición o sigue en la empresa. En cualquier caso, habría que sumar los 13.000 que le ha endosado la operación de compra de Musk. Reuters calcula que la deuda le obligará a hacer pagos por unos 1.200 millones de dólares los próximos 12 meses, que pueden ser más si los tipos de interés continúan subiendo.

Por el lado de los ingresos, Musk ha informado de que desde que compró Twitter, la compañía ha perdido unos 4 millones de dólares diarios. A finales de junio, el flujo de caja de Twitter era de unos 1.100 millones mensuales, por lo que desde que entró Musk Twitter estaría perdiendo algo más del 10% de sus ingresos. Al parecer, algunas grandes compañías han suspendido sus campañas publicitarias en esa red social a la espera de ver qué dirección toma la política de la compañía.

En cualquier caso, los analistas de S&P consideran que la crisis económica también afectará negativamente a los ingresos publicitarios. Además, consideran que Twitter es más vulnerable que otras redes sociales a estos recortes. La razón es que la mayor parte de la publicidad que gestiona está relacionada con la imagen de marca, y esta es precisamente la que primero se reduce en tiempos de crisis. En otras redes sociales, el peso de la publicidad que involucra una respuesta de los consumidores es mayor y suele menguar menos en tiempos de crisis.

Por último, la compañía contaba con 2.700 millones de efectivo a finales de junio, pero no se sabe qué ha ocurrido con ese remanente.

Los gastos de funcionamiento

En cuanto a los gastos, Twitter tuvo unos 5.600 millones de dólares de gastos en 2021. El despido de la mitad de la plantilla –si se confirma– supondrá un importante ahorro de costes. Otros ahorros que podría acometer están relacionados con infraestructura, servidores y servicios en la nube. En conjunto, los analistas calculan que debería reducir los gastos de la compañía en unos 1.000 millones anuales, esto es, un 18% del total.

Incluso si Elon Musk consigue cuadrar las cuentas y cumplir con los pagos periódicos de la deuda, es posible que alguno de los bancos que respaldaron la adquisición necesite reducir su deuda. En ese caso, tendría que vender su participación y si las perspectivas de negocio no son buenas, es probable que tenga que hacerlo con un importante descuento. De este modo, si la actividad en Twitter decae, se puede convertir en una operación realmente ruinosa para todos los compradores involucrados.