Han ido a coincidir dos películas en la cartelera sobre el mismo tema de los atentados de Bataclan, con la diferencia de que Isaki Lacuesta sí se refería a ese esenario real en ‘Un año, una noche’ (2022), y en cambio Alice Winocour con ‘Revoir Paris’ (2022) prefiere evitar nombrar ese lugar concreto. Y eso que la película se le ocurrió porque su hermano fue uno de los supervivientes de Bataclan, pero en la ficción ha preferido coger como protagonista a una mujer que se salva de la muerte milagrosamente, pero con la sensación de que fueron ataques simultáneos en distintos puntos de la ciudad, y que en consecuencia el peligro podía surgir donde menos se esperaba.
En el guion de su cuarto largometraje, tras ‘Augustine’ (2012), ‘Disorder’ (2015) y ‘Próxima’ (2019), la Winocour maneja la fatalidad del azar, haciendo que para Mia (Virignie Efira) todo sea un cúmulo de casualidades. Va a cenar con su pareja Vincent (Grégoire Colin) en un restaurante, pero él, que es médico, empieza a recibir las llamadas de urgencia del hospital, por lo que debe ausentarse. Entonces ella va a otro local, un bistró en el que se produce un tiroteo que le pilla en el baño.
Las imágenes de la matanza resultan muy confusas, tanto que tiempo después decidirá volver a L’étoile d’or para intentar reconocer el sitio y comprender lo que pasó. Allí se enterará de que existe una asociación de familiares de víctimas, y entrará en contacto con otro superviviente, de nombre Thomas (Benoît Magimel) al que se aferrará para tratar de hallar ese preciado diamante que es la alegría de volver a la vida, en una actitud positivista de verdadera necesidad.
Le guía el recuerdo de la mano de una persona negra que le ayudó en medio del caso, y esa imagen será la que le lleve a discernir que en las peores situaciones siempre hay gente solidaria.