La persistente lluvia que estaba cayendo sobre Madrid no ha sido impedimento para que numerosos periodistas, historiadores y personalidades que son memoria viva del cine vasco (como los directores Pedro Olea, Montxo Armendáriz o Imanol Uribe) hayan atendido a la convocatoria del Zinemaldia y se dejasen caer por el acto de presentación de su archivo. Muchos de estos rostros reflejaban la expectación de quien se dispone a acceder en primicia al contenido de un ignoto y valioso tesoro. No era para menos. Zinemaldia presentaba en sociedad su archivo, una ingente cantidad de manuscritos, documentos, fotografías y publicaciones que, hasta hace cuatro años, acumulaban polvo en una nave industrial a las afueras de Donostia y que ahora, convenientemente clasificados, restaurados y digitalizados, han sido puestos a disposición de todo tipo de público tanto en la sede de Filmoteca Vasca (en sus instalaciones de Tabakalera), como a través del site ‘artxiboa’, alojado en la propia web del Festival.

El director de Zinemaldia, José Luis Rebordinos, manifestó que «se trata del proyecto del que más orgulloso estoy de aquellos que se han realizado en los doce años que llevo al frente del Festival». Para Rebordinos el hecho de hacer accesible este fondo documental a la ciudadanía no denota solo el deseo de compartir la memoria del Festival sino que «es el reflejo también de la memoria de una ciudad y de un país, tanto a nivel cinematográfico como desde el punto de vista político y social». En este sentido, el máximo responsable del Festival adujo que «mirar hacia atrás y confrontarte con tu propio pasado siempre te da un cierto poso de humildad». Una idea sobre la que también incidió Josean Fernández, director de Filmoteca Vasca: «Tener la posibilidad de acceder a fuentes primarias es tener la ocasión de confrontarse con la memoria de un país y eso se traduce en una mejora democrática».

La materialización este proyecto responde a un esfuerzo conjunto de las principales instituciones culturales donostiarras que han establecido sinergias auspiciadas por Tabakalera, centro donde tanto Zinemaldia como Filmoteca Vasca y Elías Querejeta Zine Eskola (tercera pata del proyecto) tienen su sede. En este sentido, Edurne Ormazábal, directora de Tabakalera, presente también en el acto, ha querido poner en valor «este tipo de iniciativas que reflejan una colaboración interinstitucional». La contribución de Elías Querejeta Zine Eskola al proyecto ‘Zinemaldia 70’, bajo cuyo paraguas se procedió a la restauración y digitalización de todos los materiales, ha sido fundamental, tal y como se ha encargado de recordar José Luis Rebordinos al afirmar que el surgimiento de esta institución, en 2017, y el hecho de que entre su oferta educativa figurase la especialidad de archivos, resultó determinante para solventar las dificultades técnicas que imposibilitaron la ordenación previa de todo el legado documental que atesoraba el Festival. Pablo La Parra, investigador principal del proyecto ‘Zinemaldia 70’ ha sido muy prolijo en la explicación de la labor que han realizado desde Elías Querejeta Zine Eskola para que el archivo del Festival vea, finalmente, la luz.

Archivo duradero, accesible y vivo

La Parra ha comentado que «cuando en 2018 recibimos el encargo del Festival, enseguida nos dimos cuenta de que estábamos ante un reto mayúsculo, pero lo asumimos en la idea de crear un archivo duradero, accesible y vivo. Y he de reconocer que los resultados de todo este proceso han superado mis expectativas». Tras presentar ante los periodistas los distintos menús de navegación que ofrece el website artxiboa, el investigador ha manifestado que el trabajo realizado, y el propio proyecto ‘Zinemaldia 70’, encierran «una promesa de futuro». Pablo La Parra ha querido aclarar que «el 99% de los contenidos que hemos digitalizado tienen una licencia creative commons, de tal modo que pueden ser utilizados libremente siempre que no sea con fines comerciales». Asimismo, cuestionado acerca de que parte de su trabajo era aquella de la que estaba más orgulloso, el investigador no ha dudado en afirmar que «el haber podido acceder a imágenes únicas cuyo negativo había sido destruido y que gracias a este proyecto han sido rescatadas, es algo único».

Fotografías tan icónicas como las de un joven Francis Ford Coppola recibiendo la Concha de Oro en 1969 por ‘The Rain People’ o la de Pedro Almodóvar pisando las escaleras de acceso al Victoria Eugenia en su primera participación en un Festival Internacional, son, desde hoy, de dominio público gracias a este proyecto. En este sentido, tanto La Parra como el propio Rebordinos se han congratulado de «haber actuado a tiempo para salvaguardar de un deterioro irreversible un material de inmenso valor».

El proyecto ha contado con el patrocinio de Loterías y Apuestas del Estado, cuyo presidente, Jesús Huerta, ha estado también en el acto para felicitar a Zinemaldia y a su director, José Luis Rebordinos «por tener una concepción muy moderna de lo que significa el patrocinio y que para nosotros no es otra cosa que las sinergias que se establecen entre dos instituciones que comparten una serie de valores y que en torno a los mismos terminan por potenciarse mutuamente».