El término «Europa» solo se ha mencionado en una ocasión –lo ha hecho el director deportivo, Braulio Vázquez–, pero la ilusión por disputar una competición continental y llegar lejos en el torneo copero se ha dejado caer en las intervenciones posteriores a la comida navideña de Osasuna con los medios de comunicación.
A preguntas de estos últimos, el máximo responsable deportivo rojillo ha señalado que «me ilusiona ver al equipo, no solo porque pueda ganar algún título o pueda meterse en Europa, sino porque nos ponen como ejemplo de club, a nivel deportivo e institucional».
«El fútbol vive de la ilusión y no hay que poner límites a los sueños. El equipo nos ha acostumbrado a salvarse en estos últimos años con varias jornadas de antelación y es lógico que siempre se quiera más», ha añadido.
Una visión que el presidente de la entidad navarra, Luis Sabalza, ha compartido, aunque en su caso con respecto a otra competición. «Tengo una ilusión muy grande de que, por lo menos, llegemos a las semifinales de la Copa», ha comentado. «Por pedir, pide ganarla», le ha acotado Braulio, entre las risas de los presentes.
Más comedido, el técnico, Jagoba Arrasate, ha salido al paso del reto expresado por sus compañeros comensales, coincidiendo en que «en la vida hay que tener sueños», pero recordando que en el torneo del K.O. ya han caído dos Primeras.
«La Copa es una competición de momentos y en los últimos años no nos han acompañado. Creo que esta temporada va a ser diferente porque, sin descuidarnos, estamos en una buna situación liguera y disponemos de una buena plantilla. Ojalá ganemos en Arnedo, pero todavía no lo hemos hecho», ha advertido.
El preparador de Berriatua también se ha referido al futuro efecto que va a provocar el Mundial. «No lo sabemos. Nosotros solo hemos parado diez días y creo que el equipo está bien y con ilusión para afrontar el primer compromiso de este miércoles en la Copa. En 14 partidos ligueros hemos demostrado de lo que somos capaces», ha rezumado optimismo.
También ha desvelado que el jueves habló tanto con Budimir como con Abde. «Están contentos, aunque no han dispuesto de muchos minutos, porque es difícil en dos equipos tan potentes. Están bien de salud y en breve estarán con nosotros», ha confirmado.
En cuanto a la posibilidad de que algún componente de la plantilla pueda salir en el próximo mercado invernal, Arrasate ha admitido que «disponemos de jugadores que pueden llamar la atención, pero los hemos atado con un buen contrato y poco más se puede hacer».
Nuevos proyectos en Tajonar
Por su parte, Sabalza se ha centrado más en los nuevos proyectos que se quieren impulsar en Tajonar, pero que todavía están en fase de elaboración por parte de la UPNA.
Ha admitido que ahora mismo «estamos un poco apretados» en las instalaciones rojillas, para lo que será necesario construir nuevas infraestructuras, especialmente un campo de hierba natural que pueda acoger a un número mayor de espectadores que los actuales.
En ese sentido, ha expuesto que le gustaría que los trabajos se iniciasen esta misma temporada, con el objetivo de que todos esos nuevos servicios estén concluidos antes de que finalice el mandato de la actual junta directiva.
No solo se actuará en Tajonar, la idea de los actuales mandatarios rojillos es que también se ponga en marcha un museo «que recuerde lo que ha sido, es y será en un futuro Osasuna».
Y sería con un carácter «interactivo» y, por lo que se ha trasladado, ubicado en El Sadar, «que es nuestra casa». Eso sí, debe ajustarse su coste económico a las posibilidades del club porque, para Sabalza, «no debe ser habitual tener pérdidas», como ha ocurrido en los últimos balances, fruto de los menores ingresos televisivos, a consecuencia de la pandemia.
El máximo dirigente rojillo ha sacado pecho por la gestión de los últimos ocho años de la junta que preside, calificando de «espectacular» el cambio en el aspecto deportivo e institucional.
«Osasuna es más querido que hace ocho años, no solo en Navarra, sino también fuera», ha indicado. Para asegurarlo, ha contado una anécdota, ya que tuvo que desplazarse recientemente a Zaragoza y, antes de ello, le pidieron una camiseta rojilla y un balón firmado por la plantilla. «Eso antes era impensable», ha remarcado.