«Esta no es la primera puerta, la del muro de entrada, sino la segunda, la que solo veían los presos», ha explicado esta mañana la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, a los periodistas. El portón del antiguo edificio, en el que se lee la fecha de construcción, 1907, ha vuelto a ser levantado este miércoles en el Parque de la Insumisión, tras su apresurado derribo en 2012 decidido por la alcaldesa Yolanda Barcina.
Ollo ha explicado que la reconstrucción responde a numerosas peticiones de asociaciones. La idea original parte de la asociación de familiares de fusilados Affna 1936 y se complementa con la declaración oficial de su emplazamiento como Lugar de Memoria.
«Es un Lugar de Memoria, por lo que significó este espacio. Sin duda, también es un símbolo en tiempos más cercanos, con el movimiento por la insumisión y la objeción de conciencia, por el que estuvieron presos cientos de insumisos. Pero, sobre todo, para nosotros es un Lugar de Memoria por lo que significó esta cárcel a partir del golpe militar de 1936», ha explicado la consejera.
El número de celdas de la prisión no llegaba a las 200 y, sin embargo, más de 2000 personas llegaron a estar presas en la cárcel entre 1936 y 1940, según los datos del Instituto de la Memoria. «Podemos imaginar en qué condiciones de frío, de hambre, de poco higiénicas», ha remarcado Ollo.
Asimismo, la consejera ha hecho referencia a las 425 personas (identificadas con nombres y apellidos) que fueron falsamente liberadas de la prisión para meterlas en camiones y ejecutarlas en lugares discretos para que nunca las pudieran encontrar: Paternain, Erreniega, Ibero, Valcaldera, Etxauri...
Los grandes sillares del portón –que de no ser por el telefonillo conservado podría pasar por un pequeño arco triunfal– fueron localizados en la nueva macrocárcel, ubicada en las afueras de la ciudad, y cedidos por Instituciones Penitenciarias.
Ollo ha adelantado que la intención del Instituto de la Memoria es desarrollar una herramienta digital que ayude a recuperar la memoria de lo que sucedió allí y que el emplazamiento sirva para desarrollar programas con escolares para que no vivan «en la desmemoria», como sucedió con las generaciones pasadas.