Con una orden de desahucio fijada para el 30 de junio de este año, Jennifer vive con sus dos hijos en un piso en el barrio bilbaino de Otxarkoaga. El pasado día 24, víspera de Navidad, Iberdrola les cortó la luz y el gas pese a estar al día con el pago de los mismos y estar prohibido además dejar sin servicio a las familias vulnerables.

En 2017, la mujer firmó con el BBVA el contrato del fondo social de la vivienda al no poder pagar las cuotas del préstamo hipotecario. Según explicó Stop Desahucios, el citado banco es el titular del contrato de luz y gas de la vivienda a través de su inmobiliaria Divarian Propiedad S.A. y se habría ordenado a «Iberdrola dar de baja los contratos de suministros».

Ahora, tras 17 días sin luz ni gas, y «gracias a la alarma social y mediática creada por este corte inhumano e ilegal en plenas navidades», la inmobiliaria Haya Real Estate, perteneciente al fondo buitre Cerberus, ha gestionado con Iberdrola «muy tarde» el alta del nuevo contrato.

Las mismas fuentes indican que las facturas estaban a nombre del BBVA, «entidad que ha vendido sus inmuebles en octubre del 2018 al fondo buitre Cerberus, incluyendo la vivienda de alquiler social de Jennifer».

Stop Desahucios vuelve a denunciar «la indefensión de esta familia vulnerable y de miles más en el estado, cuyas viviendas en alquiler y/o préstamos hipotecarios morosos han sido vendidos a precios de saldo por los bancos a los fondos buitre internacionales, con el objetivo de desprenderse de clientes vulnerables y poco rentables, como ha hecho, sin ir mas lejos Kutxabank vendiendo centenares de hipotecas morosas vascas en julio pasado al fondo Zima Finances».