El cambio de chaqueta de los diputados expulsados de UPN, Sayas y García Adanero, ha alcanzado unos niveles de teatralización notables. Parte fundamental del atrezzo para justificar su fuga hacia el PP es la «plataforma navarra» que dijeron haber creado en junio, para continuar en política y construir «una alternativa real a Chivite».
Siempre Libres, como avanzó ‘Diario de Navarra’, está inscrita en el epígrafe de asociaciones vecinales y de acción sociocomunitario. Ni es un partido político –esto lo reconocieron sus propios fundadores– ni puede serlo. Nunca, por tanto, podría haber concurrido a las elecciones. El único modo era integrarse en otra formación. En este caso, el PP, partido con el que las negociaciones parecen ya bastante avanzadas.
Los diputados expulsados de UPN, de hecho, ni siquiera buscaron una denominación con la que presentarse. El nombre de su plataforma, según el Registro de Patentes y Marcas, ya tiene dueño. «Siempre Libres» es propiedad de un joyero de Móstoles, que lo registró a su nombre el 24 de agosto de 2017.
Primera traición: la puñalada de UPN
El asunto de las siglas con las que la derecha concurre a las elecciones en Nafarroa ha sido polémico. Las relaciones entre UPN y PP no son buenas desde que rompieran en 2008, en un episodio que recuerda bastante al de la reforma laboral.
Hay que mirar por el retrovisor hasta el primer año de segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. La Moncloa toca la puerta de UPN para aprobar los próximos presupuestos. A fin de cuentas, en Nafarroa estaban gobernando juntos. Zaparero consigue que Miguel Sanz le escuche y dé la directriz a los dos diputados de UPN (que habían salido elegidos en una lista conjunta con el PP) se abstengan.
Uno de los dos diputados, Carlos Casimiro Salvador, sigue la orden dada por UPN. El otro parlamentario, Santiago Cervera, obedece a Génova y vota en contra como uno más de los diputados del Partido Popular.
El desencuentro hizo añicos el pacto que había estado en vigor desde 1991 (antes UPN tenía otro con Alianza Popular). La decisión de romper fue del PP, que encargó a Cervera que armara la estructura de un partido en Nafarroa, pues hasta la fecha funcionaban como una unidad para todo.
A partir de entonces, PP y UPN solo han medido sus fuerzas en dos ocasiones. Ambas, en elecciones forales y municipales. El pragmatismo siempre les hizo unirse para las elecciones estatales. El PP se mostró como un partido mucho más débil. Sufrió para sacar candidaturas a los ayuntamientos y obtuvo una representación en la Cámara navarra escasa: 4 parlamentarios en 2011 (frente a 19 de UPN) y 2 parlamentarios en 2015 (15 UPN).
Del precipicio a Navarra Suma
Obtener solo dos parlamentarios en Nafarroa conlleva asomarse al abismo, quedarse muy cerca de no obtener representación. El PP sacó un 3.93% de los votos y, por debajo del 3% ni siquiera se entra al reparto de los 50 asientos. Por eso, cuando Esparza le ofreció la posibilidad de entrar, una vez más, en una plataforma unitaria el PP no se lo pensó mucho.
La particularidad de esta plataforma, que denominaron Navarra Suma, era que incluía también a Ciudadanos, cuando la formación naranja aún tenía al frente a Albert Rivera. Nafarroa fue el único lugar donde PP y Ciudadanos concurrieron de la mano.
En un momento determinado, en medio de la maraña electoral y lo que se denominó la crisis del bipartidismo, al PP le pareció que coaligarse con Ciudadanos era buena idea. Génova se dedicó, por tanto, a registrar la marca "Suma" en todos los territorios del Estado en noviembre de 2020: Euskadi Suma, Madrid Suma...
Se produjo aquí una curiosidad relevante. El PP registró también en esas fechas a su nombre la marca Navarra Suma. Lo hizo a pesar de que el nombre, a diferencia de la plataforma de Sayas y Adanero, ya había sido debidamente legalizado por UPN como marca electoral.
Más allá del litigio, en el que UPN tenía todas las de ganar, la anécdota retrata bien la visión que tiene el PP en Madrid de UPN. Los ven como una molestia que les roba sus apoyos naturales y poco más. Si UPN no existiera, el PP cree que les votarían a ellos directamente.
La caída de Navarra Suma
La pelea por la denominación Suma pasó a no interesar a nadie debido al descalabro de Ciudadanos. Y en estas, llegó la votación de la reforma laboral, cuando la aritmética abría la posibilidad de que los votos de UPN fueran determinantes. Sayas y García Adanero tenían en sus manos dar al traste con la propuesta estrella de la ministra Yolanda Díaz.
La situación no era igual que en 2008. Tras esa primera experiencia, y pese a haber concurrido conjuntamente, todos los puestos estaban cuidadosamente repartidos entre UPN, Ciudadanos y PP. Sayas y Adanero eran de UPN, mientras que Amelia Salanueva (otra tránsfuga) fue nombrada senadora por el PP y Ruth Goñi entró en la Cámara Alta por Ciudadanos.
Por eso cuando rompieron la disciplina de voto, Esparza acabó pidiendo el acta de diputado a Sayas y Adanero y UPN les suspendió de militancia dos años y medio por su desobediencia.
Desde que se confirmó su expulsión el 1 de marzo de 2022 hasta que formalizan su asociación de vecinos como puente hacia el PP pasaron dos meses. Según "Diario de Navarra", en la junta de Siempre Libres hay otros nombres de militantes de UPN: María Mena (Zizur), Daniel Cuesta (Berriozar), Cristina Recalde (alcaldesa Artika Berria) y Raimundo Aguirre (exalcalde de Fitero).
A quienes figuran en estos documentos de inscripción de la asociación vecinal habría sumar otras figuras que se dejaron ver el día de la puesta de largo de la plataforma, como Begoña Ganuza (exalcaldesa de Lizarra), los exediles de Iruñea Paz Prieto, Ignacio Polo, y el exdirector de campaña de Yolanda Barcina y presentador jubilado de Telenavarra, Javier Ortigosa.