La digitalización invade ya todos los ámbitos y para la industria vasca la transformación inteligente tampoco será opcional: el contexto global obliga a las empresas a acelerar este proceso, a cambiar modos y modelos, y algunas empresas vascas han decidido anticiparse a los cambios de fabricación del futuro. Se trata de trece de las diecisiete empresas que integran la alianza BRTA (Basque Research & Technology Alliance), que ha celebrado este miércoles por la mañana el ‘Encuentro de la industria inteligente vasca’ en el Parque Tecnológico Garaia de Arrasate con el objetivo de dar a conocer el estudio de investigación y tecnología que desarrollan estos centros.
Ana Aranzabe, coordinardora de la agenda de BRTA, ha introducido la jornada para advertir sobre el carácter cambiante y evolutivo de la industria global que, en el caso de Europa, representa la «columna vertebral» de su economía con el 22,1% del empleo y el 26% del valor añadido de la economía. Ha matizado, sin embargo, que la fabricación europea «ha ido perdiendo terreno» con el auge de otras economías emergentes y, por ello, necesita desarrollar «grandes estrategias» para posicionarse en «la nueva era industrial» o la llamada Industria 4.0.
«La tecnología de la información está transformando los procesos de fabricación tradicionales y la naturaleza del trabajo. Los servicios acaparan un volumen cada vez más alto del negocio industrial, integrando las cadenas de valor globales. Los datos se están convirtiendo en el nuevo factor competitivo en nuestro mundo conectado y con los recursos naturales sobrecargados y el cambio climático convirtiéndose en una realidad cada vez más tangible, la demanda de productos sostenibles y el consumo circular serán claves fundamentales del desarrollo económico y social», ha señalado Aranzabe.
Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, cuya industria manufacturera representaba el 86% de toda la actividad industrial en 2019, no están exentas de estas tendencias globales y las empresas de los tres territorios están obligadas a reinventarse. El objetivo de la industria vasca, por su parte, «es evolucionar desde la integración de materiales, procesos, medios y sistemas con visión integral hacia un modelo basado en la sostenibilidad y la economía circular, teniendo como soporte no solo las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) y el paradigma 4.0, sino también la Inteligencia Artificial como la nueva tecnología habilitadora clave en el desarrollo de la industria», ha agregado Rikardo Bueno, director general de la alianza BRTA.
Las trece empresas que forman la agenda o el ‘White Paper’ de la alianza –CIC bioGUNE, CIC nanoGUNE, CIC biomaGUNE, CIC energiGUNE, Azterlan, Azti, Ceit, Cidetec, Gaiker, Ideko, Ikerlan, Leartiker, Lortek, Neiker, Tecnalia, Tekniker y Vicomtech– ya están en ello. En concreto, trabajan en diversos proyectos que responden a cinco retos identificados por BRTA: materiales avanzados de huella cero; las máquinas inteligentes conectadas; los procesos de producción sostenibles, flexibles y cero defectos; los productos inteligentes; y los nuevos modelos de negocio y servicio basados en el dato.
Decenas de proyectos
En la jornada han participado 75 expertos y expertas de los distintos centros de la alianza, y mediante unos breves vídeos que habían grabado con anterioridad, han dado a conocer los proyectos de investigación y tecnología que están desarrollando.
Desde la inquietud por el desarrollo, los trece centros han abierto vías de colaboración entre las empresas del BRTA y con agentes externos y han conseguido poner en marcha decenas de proyectos sobre diversas líneas de investigación. CIC biomaGUNE, por ejemplo, ha presentado dos actuaciones que está llevando a cabo en materia de salud. Por un lado, trabaja en modelos in vitro 3D para su uso en biomedicina que, compuestos por materiales híbridos y nanopartículas, son capaces de reproducir las reacciones físicas ante una enfermedad. Este sistema ayudaría a elaborar fármacos en una fase preclínica, a diseñar tratamientos más personalizados y reducir el uso de animales en laboratorios.
Por otro lado, este centro trabaja en el diseño de un «nanotubo» de carbono que puede restaurar los contactos nerviosos de un organismo. «Hemos ideado un enfoque revolucionario para la reparación de lesiones graves e irreversibles del sistema nervioso, con el potencial de recuperar funciones perdidas, como la movilidad», ha detallado Maurizio Prato, profesor de investigación Ikerbasque en CIC biomaGUNE. El investigador ha agregado que ya están creando una empresa para fabricar este material «a nivel industrial». «Si tenemos éxito, podremos ayudar a varias personas a volver a caminar», ha celebrado.
Por su parte, un equipo de CIC Nanogune está estudiando la aplicación en la industria textil de materiales híbridos avanzados; una industria, han resaltado, que demanda mejoras para otorgar nuevas cualidades a la ropa. Con la inserción de nanopartículas en los tejidos, estos cambian su naturaleza y pueden mejorar, por ejemplo, la impermeabilidad, la transpirabilidad o la capacidad de bloquear rayos solares nocivos.
Otros centros, como Ikerlan y Tekniker, desarrollan técnicas para alargar la vida de las máquinas y mejorar su eficiencia y fiabilidad. Ikerlan combina para ello la Inteligencia Artificial y el Big Data, entre otras tecnologías modernas, con tecnologías convencionales, y Tekniker ha creado una herramienta que permite a las máquinas autodiagnosticarse para prevenir y solucionar fallos rápidamente.
Las decenas de proyectos que se han presentado en Arrasate durante toda la mañana han demostrado la capacidad visionaria de la industria vasca y las ventajas de colaborar entre entidades, en este caso bajo el paraguas de BRTA, que desde que se creó en 2019 persigue el objetivo de transferir conocimiento basado en la investigación y la tecnología a la industria y empresas de la CAV. En este sentido, para cerrar la jornada, Rikardo Bueno ha subrayado la importancia de la «coordinación y colaboración» para conseguir que «los resultados que ya son buenos sean mejores».