«Hemos logrado un gran avance: es una oportunidad para que los países que poseen tanques Leopard comiencen misiones de entrenamiento, cursos para nuestras tripulaciones de tanques. Comenzaremos con esto y luego seguiremos adelante», ha asegurado el titular de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, en una entrevista con 'Voice of America'.

Reznikov ha detallado que, a pesar de el Grupo de Contacto para Ucrania, reunido en la base militar de EEUU-OTAN de Ramstein, ha mostrado su negativa para aprobar el envío de carros de combate Leopard a Kiev, sí ha permitido el entrenamiento de soldados ucranianos con este tipo de tanques.

«Lo miro con optimismo. Porque se ha dado el primer paso: iniciaremos programas de capacitación en Leopard 2», ha señalado Reznikov, saludando que los acuerdos de entrenamiento han sido posibles gracias a las iniciativas de Polonia y Gran Bretaña.

En este sentido, el ministro de Defensa de Ucrania ha mostrado su esperanza de que Alemania, «en un modo tranquilo de realizar sus propias consultas internas», llegue a una decisión favorable sobre la transferencia de tanques Leopard, de fabricación alemana, a Ucrania.

Zelenski: «No hay alternativa»

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha asegurado que «no hay alternativa» al suministro de tanques Leopard a su Ejército en el marco de la guerra contra Rusia.

En su habitual discurso vespertino, Zelenski ha reconocido que «todavía tendremos que luchar por el suministro de tanques modernos, pero cada día hacemos más evidente que no hay otra alternativa que tomar la decisión sobre los tanques».

El Gobierno de Alemania se ha negado este viernes a desbloquear el suministro de carros de combate modelo Leopard a Ucrania alegando que no hay una opinión unánime sobre su despliegue, aunque no se ha cerrado a dar el paso en el futuro, han confirmado fuentes diplomáticas.

El suministro de carros de combate ha centrado la atención internacional los últimos días, pues Berlín tiene en su mano autorizar la reexportación de los tanques a Ucrania, como le piden Polonia, Finlandia y los países bálticos.