«Decidimos avanzar en las discusiones sobre una moneda sudamericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales, reduciendo los costos operativos y reduciendo nuestra vulnerabilidad externa», indica un comunicado del Gobierno del presidente argentino, Alberto Fernández, con motivo de la visita de Lula da Silva.
«Tenemos la intención de superar las barreras a nuestros intercambios, simplificar y modernizar las reglas y fomentar el uso de las monedas locales»,agrega como uno de los acuerdos para relanzar la alianza estratégica entre ambos países.
La intención inicial es que esta nueva moneda –cuyo nombre, propone Brasil, sea Sur– potencie el comercio regional y reduzca el impacto del dólar. En principio, ambos países contemplan un periodo de comercio simultáneo con el real brasileño y el peso argentino.
El plan –que se debatirá en la visita de Lula, quien llegó el domingo a Argentina y se reunirá este lunes con Fernández para suscribir una serie de acuerdos en diferentes temáticas– incluye la posibilidad de que la moneda común se extienda a otros países, según fuentes oficiales.
«Habrá una decisión de comenzar a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común, que incluye desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de la economía y el papel de los bancos centrales», dijo el ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, al diario ‘Financial Times’, según publicó este domingo.
Según agregó el ministro, «sería un estudio de mecanismos de integración comercial», aunque señaló que no quería «crear falsas expectativas» porque «es el primer paso de un largo camino que América Latina debe recorrer». Massa añadió que invitarán a otros países de la región a unirse a este proyecto, antes de recordar que Europa tardó 35 años en crear el euro.
Ambos países llevan años discutiendo una moneda común, pero las conversaciones nunca han terminado de fructificar debido a la oposición del Banco Central de Brasil, entre otros motivos, debido a que Argentina registró una inflación del 94,8% en 2022, mientras que en Brasil se proyecta una inflación de 4,8 % en 2023.
El retorno de Lula da Silva al poder –después de que su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), tuviera mala relación con el Gobierno de Fernández– ha incrementado las expectativas de profundizar la relación bilateral entre Argentina y Brasil.