Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / Redactor de Opinión, especializado en economía

La desdolarización del mundo avanza sin prisa pero sin pausa

Arabia Saudí, India, China, Argentina... cada vez más países optan por sus monedas para el comercio bilateral, lo que debilita el poder del dólar. Un proceso lento en el que están implicados sobre todo los países del grupo de los BRICS, que quieren organizar un sistema de pagos alternativo al dólar.

El primer ministro de la India, Narendra Modi, saluda a sus seguidores en Nueva Delhi.
El primer ministro de la India, Narendra Modi, saluda a sus seguidores en Nueva Delhi. (Sajjad HUSSAIN | AFP)

El ministro de Exteriores de Arabia Saudí, Mohammed Al-Jadaan, anunció la semana pasada que su país está abierto a discutir acuerdos comerciales en monedas distintas al dólar. De esta manera respondía a la propuesta que el presidente chino, Xi Jinping, hizo durante su visita a Arabia Saudí el mes pasado, en la que además sugirió a los países del Golfo que aprovecharan al máximo el potencial de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghai. Riad ha abierto una puerta que poco a poco irá restando poder al sistema del petrodólar. El proceso será lento, buena prueba de ello es que en Davos Al-Jadaan dijo que China era un socio «muy importante» para su país, pero EEUU era un socio «estratégico».

A este cambio de Riad posiblemente hayan contribuido las negociaciones entre la India y Emiratos Arabes Unidos para que el comercio mutuo se liquide en rupias y en riales. De hecho, India ya ha implementado un sistema para saldar las transacciones con otros países en rupias. Permite además abrir cuentas especiales con las que el saldo excedente se puede invertir directamente en valores del Gobierno indio, lo que ha ayudado a popularizar esta herramienta. En cualquier caso, la ambición de la India va más allá, y aprovechando que ostenta la presidencia del G20, en la recientemente celebrada cumbre de las Voces del Sur Global, su primer ministro, Narendra Modi, se comprometió a llevar la voz del sur global para dar forma a ese nuevo «orden emergente».

China también ha renovado estos días la línea de canje del renminbi y el peso argentino que se estableció en 2009, durante la presidencia de Cristina Fernández. El nuevo acuerdo aumenta la disponibilidad hasta los 130.000 millones, unos 19.000 millones de dólares, lo que servirá a Argentina para reducir su dependencia del FMI y de los mercados internacionales de divisas. Estas líneas de canje entre bancos centrales tienen dos virtudes fundamentales. Por un lado, permite a cualquier empresa que necesite un préstamo en divisas esquivar a los intermediarios y a los mercados de divisas. Por otro, fortalece las relaciones bilaterales, ya que disponer de, por ejemplo, yuanes inclinará a las empresas a buscar lo que necesitan en el mercado chino, robusteciendo los lazos comerciales bilaterales.

El impulso de los BRICS La desdolarización de las relaciones comerciales es una carrera de fondo en la que se han implicado especialmente los países que forman el grupo de los BRICS. La ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, señaló recientemente que están buscando una alternativa al dólar. «Los sistemas que existen actualmente tienden a privilegiar a los países muy ricos y son realmente un desafío para los países, como los nuestros, que tienen que hacer pagos en dólares, lo que cuesta mucho más que hacerlos en nuestras propias monedas. Así que creo que se tiene que desarrollar un sistema más justo y es algo que estamos discutiendo con los ministros en el marco de los BRICS», dijo la ministra.

Buena muestra del interés que suscita el tema es el revuelo que se organizó por unas declaraciones del embajador de Argentina, Daniel Scioli, tras la toma de posesión de Lula da Silva, cuando señaló que la máxima prioridad de su Gobierno era profundizar el acuerdo de integración e insinuó que el comercio entre ambos países se realizaría utilizando sus monedas. Un comentario que se entendió como un avance de la propuesta de Lula de crear una moneda latinoamericana soberana para el comercio regional. Tuvo que salir el ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, a tranquilizar a los especuladores internacionales señalando que no hay «una propuesta para una moneda para Mercosur», aunque no negó que se estuviera discutiendo la idea.

De momento, las líneas bilaterales de canje suplen ese vacío. ‘Wall Street Journal’ ha informado de que Pekín, además, está utilizando esas líneas de canje para apoyar a algunos países altamente endeudados en dólares estadounidenses, como Pakistán, Argentina, Sri Lanka o Laos, que así «evitan el aumento de los costes de su endeudamiento», ahora que la cotización del dólar se ha disparado.

Mientras los BRICS y el sur global profundizan el comercio y tratan de construir unas relaciones económicas alternativas, Europa sigue ensimismada, debatiendo el envío de tanques a Ucrania. Ni diplomacia, ni desarrollo.