El rey Carlos III de Inglaterra está teniendo problemas para encontrar músicos que actúen en su ceremonia de coronación, prevista para el 6 de mayo en Londres.
Sin embargo, ya dispone de un elemento esencial en esta ceremonia, el aceite con el que será ungido por el arzobispo de Canterbury, que frotará con el líquido elemento la cabeza, el pecho y las manos del monarca.
Se trata de uno de los aspectos más extraños de la ceremonia. Dicen los que saben que es «el momento más sagrado» del acto y que tiene lugar antes de la imposición de la corona.
Y es que la cuestión del aceite crismal tiene su historia. Entre las imágenes que difunden las agencias internacionales estos días desde Jerusalén están las habituales de la represión del Ejército israelí del barrio de Sheikh Jarrah, objetivo de las ansias sionistas de colonizar tierra palestina. Pero también han llegado las fotos de la ceremonia en la que se bendice el aceite para ungir a Carlos III, que se ha celebrado en el Santo Sepulcro, el lugar en el que la tradición señala que Jesús fue enterrado y que es punto de disputa entre la docena larga de iglesias que compiten por su control.
Las imágenes de la ceremonia, íntima, han sido cedidas por el Patriarcado de Jerusalén y el Palacio de Buckingham.
La composición del aceite tiene también su historia. La base del líquido crismal es el aceite de oliva obtenido de las aceitunas cosechadas en el Monte de los Olivos, situada frente a la Ciudad Vieja de Jerusalén y simbólico en la tradición cristiana.
Sin aceite de civeta ni ámbar gris
A esta base se le suelen añadir distintos componentes para dotarle del requerido misticismo. Las convicciones «ecologistas» del nuevo monarca inglés, sin embargo, han obligado a cambiar la fórmula. Según informa BBC News, en esta ocasión no se incorporarán ingredientes «tradicionales» como aceite de civeta, proveniente de las glándulas de estos mamíferos, o ámbAr gris, que se obtiene de los intestinos de las ballenas. Realmente, se desconoce exactamente qué propiedades añaden estos peculiares ingredientes al aceite del Monte de Olivos, pero lo que se sabe es que en esta ocasión no se han utilizado.
El rey Carlos III había ordenado expresamente que el aceite para ungirlo no tuviera ningún elemento de origen animal, que fuera estrictamente vegano, para evitar sufrimientos a estos seres. No consta que exista ninguna clase de preocupación del monarca sobre el sufrimiento de los palestinos que viven en Jerusalén, la ciudad donde se ha elaborado y bendecido el aceite crismal.