La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno de Lakua, Arantxa Tapia, ha afirmado que la electrificación total del parque de vehículos «hoy no es una alternativa ni para el año 2035» y ha pedido valorar «otras iniciativas» además del vehículo eléctrico antes de prohibir por completo la fabricación de los de combustión en la Unión Europea a partir de esa fecha límite.

La consejera vasca se ha expresado en estos términos durante un encuentro en Bilbo organizado por Nueva Economía Fórum en Bilbao, donde ha pedido hacer un análisis «sereno y en conjunto» de todas las alternativas de fabricación para hacer esa transición energética de una forma «adecuada» de cara a alcanzar el objetivo final de emisiones cero en 2050 porque, a su juicio, «el coste de las cero emisiones no puede ser la desindustrialización de Europa».

La consejera vasca no ha sido la única en reaccionar de esta manera a la decisión del Parlamento Europeo de mediados de febrero, cuando votó a favor de prohibir la venta de coches de gasolina y diésel a partir de 2035. Sin embargo, Alemania está obstaculizando y retrasando el proceso que llevaría a los países de la UE asumir la decisión de la Eurocámara. Como Tapia, el exdirectivo de la alemana Volkswagen Jens Andersen cree altamente improbable que los coches eléctricos bajen su precio a corto y medio plazo, lo que le llevó a afirmar que «los que ayer conducían un Opel Corsa mañana irán en autobús».

En el mismo sentido, la consejera de Lakua ha considerado que apostar por el vehículo eléctrico en 2035 puede ocasionar problemas como que no se logre fabricar a un precio adecuado «para que nos lo podamos permitir todos los ciudadanos con el fin de que se pueda conseguir la sustitución».

Sociedad a dos velocidades

Tapia ha advertido de que al limitar la fabricación de vehículos particulares de combustión en 2035 se corre el riesgo de encontrarse en ese año con una sociedad a «dos velocidades», con vehículos eléctricos y otros «antiquísimos de combustión y unas emisiones de CO2 impresionantes».

Por ello, ha defendido que el vehículo eléctrico no debe ser «la única solución» y ha aconsejado valorar «otro tipo de iniciativas» como los biocombustibles, los combustibles sintéticos que también quiere asegurar Alemania, el hidrógeno o los propios combustibles fósiles durante este periodo de transición.

Igualmente ha cuestionado que los vehículos eléctricos sean realmente libres de emisiones si se tiene en cuenta lo que se emite para traer sus componentes, para extraerlos o si la electricidad que utilizan es 100% verde