Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

Afinar en el diagnóstico para dibujar las soluciones

De la mano de Agirre Lehendakaria Center, que celebra su décimo aniversario, Juan José Ibarretxe, Jule Goikoetxea, Xabier Barandiaran y Aritz Otxandiano han detallado los desafíos que le aguardan a nuestro país y han esbozado las claves para poder afrontarlos sin naufragar en el intento.

Xabier Barandiaran, Aritz Otxandiano y Jule Goikoetxea siguen la intervención de Juan José Ibarretxe.
Xabier Barandiaran, Aritz Otxandiano y Jule Goikoetxea siguen la intervención de Juan José Ibarretxe. (Marisol RAMÍREZ | FOKU)

Con motivo de la celebración de su décimo aniversario, Agirre Lehendakaria Center ha celebrado este miércoles en Bizkaia Aretoa una serie de eventos públicos en los que se ha reflexionado sobre los retos y las oportunidades del presente y el futuro de la sociedad vasca, con la participación de representantes del mundo académico, político, social e institucional, tanto local como internacional.

Una jornada de celebración y análisis que ha permitido, por ejemplo, disfrutar en la sobremesa de un ameno coloquio en el que el lehendakari Juan José Ibarretxe, el profesor de la Universidad de Deusto Xabier Barandiaran, Aritz Otxandiano, responsable de sostenibilidad del Grupo Fagor, y Jule Goikoetxea, profesora de la UPV/EHU, con Lierni Ezenarro midiendo los tiempos, han hecho una radiografía de este país, con sus amenazas, fortalezas y perspectivas de futuro.

Desafíos; muchos y muy importantes

Los ponentes, que han realizado su exposición íntegramente en euskara, han sido invitados en primer lugar a esbozar cómo ven la sociedad vasca actual, y los cuatro han emprendido caminos diferentes para hacer el dibujo. Como cuatro ríos que acaban vertiendo sus aguas en un mismo mar, desde puntos de partida muy distintos todos han concluido que los desafíos que le aguardan a este país son de gran calado.

Así lo ha resumido Otxandiano en su segundo turno: «Si en algo estamos todos de acuerdo es en que tenemos retos complejos en el horizonte y en que este país va a tener que acometer cambios muy importantes».

El directivo de Fagor ha comenzado su intervención recordando que «en dos siglos hemos extraído y consumido recursos energéticos que la naturaleza había tardado millones de años en crear», en referencia a los combustibles fósiles, algo que ha propiciado un crecimiento exponencial de la riqueza, la población y el consumo. «Hemos actuado –ha añadido– como si las fuentes de energía y las materias primas fueran inagotables, y eso nos ha llevado a chocar con los límites biofísicos de la Tierra», algo que, ha añadido, «se sabía que iba a ocurrir y que ha llegado».

En este escenario, donde ya están muy presentes problemas como la crisis climática y la pérdida de la biodiversidad, entre otros, ha recordado que la solución pasa indubitadamente por transitar a un nuevo modelo energético, sin energías fósiles, algo «muy complicado», porque la dependencia de ellos es grande. «Todavía no nos hemos hecho a la idea de lo que nos viene», ha advertido.

En este contexto, ha destacado que Euskal Herria es un gran consumidor energético, que la práctica totalidad de lo que se consume proviene de fuera y que el 85% es de origen fósil. Frente a ello, ha señalado que «tenemos que voltear esta imagen en los próximos años».

¿Cómo hacerlo? Ha expuesto tres claves para ello: lograr una rápida expansión de las energías renovables, transformar el modelo industrial, que es hoy muy dependiente de los combustibles fósiles y de los motores de combustión, y acometer un cambio cultural.

Periferia en el espacio digital global

En el turno inmediatamente anterior, Jule Goikoetxea también ha hablado de subordinación y dependencia, en su caso, en el ámbito digital, que es el que caracteriza el sistema capitalista en esta primera mitad de siglo. La profesora de la UPV-EHU ha centrado gran parte de su exposición en enumerar, y criticar, las características del «espacio digital global» en el que nos desenvolvemos hoy y donde, ha avisado, nuestro país «se encuentra en la periferia».

«Si queremos que Euskal Herria sea soberana en el ámbito digital, tenemos que empezar por reconocer que en este momento es una colonia digital», ha resumido Goikoetxea, quien ha destacado, asimismo, que ni siquiera hay hoy día una clase capitalista digital vasca.

Ha apuntado, asimismo, que más del 90% de la capacidad de los centros de datos del Estado se encuentran en Madrid, y ha alertado sobre el papel que desempeñan los fondos buitre para asentar esa realidad.

«Para hacer algo nuevo hay que poner sobre la mesa un diagnóstico de la situación, y la cuestión es que no compartimos diagnóstico», ha expuesto Goikoetxea como resumen elocuente del momento, y poco antes Juan José Ibarretxe había hecho hincapié en eso mismo, en el análisis de la situación: «Si no tienes un diagnóstico, ¿qué tipo de transformación pretendes hacer?».

El lehendakari, que ha abierto la ronda con una intervención plagada de referencias, desde el lehendakari José Antonio Agirre hasta Søren Kierkegaard, ha insistido en que «tener muchas estrategias no es igual a tener una estrategia buena, no es un sumatorio», y ha apuntado que «en este pueblo debemos tener una visión común si queremos cambiar el marco».

Ha defendido la necesidad de identificar, y hacer frente, a algunos «debates falsos» que se están dando, entre los que ha citado el que  pretende contraponer los derechos individuales y colectivos –«tanto unos como otros son derechos humanos»–, mientras que en el ámbito de la economía ha opuesto el objetivo de crecimiento económico con el de desarrollo humano sostenible. Un concepto, este último, que ha defendido como medida del bienestar de una sociedad.

Xabier Barandiaran, por su parte, ha empezado destacando la «profunda transformación» que ha provocado la globalización económica, «cuyas consecuencias son ya evidentes».

El profesor de Deusto, que es también miembro del EBB del PNV, ha hecho mención al «nuevo feudalismo» que se está implantando en el mundo, donde las desigualdades, «económicas y de otro tipo», están aumentando y se están transformando el modo en que se construyen las sociedades e interactúan las personas y colectivos que las conforman.

Del mismo modo, ha valorado que «la democracia liberal está en crisis», y ha lamentado que la creciente individualización que se está dando en la sociedad «ha provocado una ruptura con la comunidad política».

En este enrevesado contexto, Barandiaran ha considerado que «si las condiciones para el desarrollo nacional de Euskal Herria ya eran complejas antes, ahora lo son más», y ha mencionado tres retos a los que hacer frente sin demora: lograr que las empresas vascas sean competitivas en el ámbito internacional, responder a la crisis demográfica, pues «somos un pueblo envejecido», y el que representan el euskara y la cultura vasca es un escenario de «dominación cultural».

Frente a los retos, acuerdos de país

Con estos desafíos, oscuros nubarrones en algún caso, en el horizonte, y la mirada puesta en el futuro, Ibarretxe ha dicho que él opta por ser optimista. «Está en nuestra mano ser optimista o pesimista», ha defendido, y ha apostado por hacer que la gente se implique en la transformación de esta realidad.

Goikoetxea ha replicado que «eso está en nuestra mano, sí, el problema es que no tenemos los recursos». La profesora universitaria se ha preguntado «por qué no ponemos toda la fuerza computacional al servicio de los derechos humanos», como el de la vivienda, y ha criticado que esa fuerza está «al servicio de intereses privados».

Aritz Otxandiano ha considerado «fundamental» que, para dar respuesta a esos retos, «aquellos partidos y agentes que piensan a escala vasca deberían ser capaces de llegar a acuerdos», un guante que Barandiaran ha recogido y ante el que ha dicho ser optimista a medio plazo, cuando se superen algunas inercias del pasado que se mantienen en las relaciones. «Sería una tragedia no ser capaz de llegar a consensos a causa de los intereses electorales», ha zanjado Otxandiano.