«Me llevó tiempo asimilar la infinidad de lo que es la animación»
Desde su casa de Igeldo y bajo el pseudónimo de ‘Txapuza’, José Múgica Montes (Hondarribia, 1981) dedica muchas horas a lo que se ha convertido su pasión, la animación en stop motion. Crea personajes con plastilina y les da vida.
La comunidad de seguidores que ha creado en Instagram es su impulso para seguir creando en una técnica que considera que se quedará con él para siempre. El hondarribiarra Txapuza crea singulares cortos de animación con plastilina.
¿De dónde viene su nombre artístico?
Txapuza vino totalmente al azar al crearme una cuenta de instagram. Fue el primer nombre que se me ocurrió. Cada día me gusta más.
En Instagram describe Txapuza como «trabajo de poca importancia, realizado sin técnica ni cuidado o con un acabado deficiente». No parece que sea el caso de su trabajo.
Al principio sí que eran chapuzas, totalmente, quizá por eso quería dejar claro que eran chapuzas y no otra cosa. Pero el paso del tiempo y la dedicación lo transforma poco a poco, y cada día va pillando otro sentido.
¿Se ha formado en algo artístico o su talento es innato?
Realmente todo lo no técnico me lo ha enseñado mi familia. Tanto mis padres como mi hermano.
Estudié un par de años fotografía y un año de diseño gráfico. Dejé los estudios por un accidente grave de espalda y enseguida me puse a trabajar de delineante para mi padre, hasta que falleció. Trabajé de eso, pero aprendí de mucho más. Se dedicó a enseñarme cosas bonitas y a soñar despierto.
Después, con mi madre y mi hermano abrimos una tienda de muebles, en la que también trabajaba de delineante para ella. En todos esos años es donde mas aprendí, sin duda, sobre la estética, la composición y el sentido de un gusto. Ahí empezó mi placer de mover cosas y la atención al detalle. En esa época movía muebles y componía bodegones; ahora muevo muñecos y compongo escenas.
¿Cuándo empezó con esto?
Empecé hace 5 años, mientras pasaba una depresión, y tras la muerte de mi perro. De puro aburrimiento en casa, no sé cómo hice mi primera animación con el móvil. Me acuerdo que a las semanas de hacer varias animaciones hice un muñeco al que por primera vez le puse voz. Y me llevó tiempo asimilar la infinidad de lo que es la animación. Y día a día, hasta hoy. En parte, la animacion vino a ayudarme. Necesitas tanta concentración que no puedes parar a pensar.
¿Cómo le dio por la plastilina?
No recuerdo exactamente cómo sucedió o de dónde apareció la primera plastilina en casa. Lo que sí recuerdo es que mi primera animación era un monigote azul de plastilina que iba en un coche de papel y al salir de él le atropellaba un elefante malabarista. Y fue cuando hice a dos amigos un par de animaciones para sus marcas de surf que me decidí a hacerme un Instagram. La gente que me sigue me a motivado muchísimo ha hacer lo que he hecho, sin duda alguna sin ellos no hubiera llegado hasta aquí. Tener una respuesta así me ha ayudado a intentar superarme y les estoy super agradecido.
¿Qué usos le da a la animación? Hemos visto videoclips... ¿Qué otras cosas hace?
Principalmente aprender. Realmente suelo hacer lo primero que me viene a la cabeza una vez me pongo a ello. Son tantas ideas que ni las apunto, y dejo que se decida en el momento de hacerlas y aprovecharme de esa improvisación. En cada animación intento hacer algo que no he hecho antes. Así es como aprendo a mover el muñeco, más que a contar historias.
He sido autodidacta y llevo 5 años aprendiendo todo lo que rodea a la animación en sí, que son muchísimas cosas. Había hecho algún encargo, pero a veces veo muy complejo el hacer algo para alguien sin tener demasiada experiencia. Pero este año pasado intenté aceptar que nunca sabré lo suficiente y que todo es parte de un trayecto. Así que hice varios grandes proyectos para ver si cogía confianza y ver si me salían. Hice mis dos primeros videoclips de musica –Joseba Irazoki, Brava– y una animación de skate muy intensa. Ahora mismo estoy haciendo un anuncio.
¿Cuál es su técnica y cómo consigue que los personajes casi tengan vida en la cara, con expresiones? Irazoki incluso se parece a su muñeco.
Lo de las caras es un mundo. La cara de Joseba me costó tres días conseguirla. A partir de fotos de él, voy intentando cuadrar todo en su sitio. Una cara puede medir unos 5 x 3,5 centímetros. Primero es una cabeza sin pelo, lo que sería la piel y los ojos. Ver que están bien los rasgos, sin todavía poner las cejas y el pelo... es casi imposible. Cuando veo que se esta empezando a parecer, lo doy por bueno. Cualquier mínimo cambio puede hacer que pierdas la cara. Las expresiones pueden reflejarse en las cejas o en qué momento parpadea. Que parece una tontería, pero cuando lo tienes que elegir te das cuenta de la diferencia.
La técnica que uso es el stop motion, que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos mediante la realización de una serie de fotografías.
¿Cuánto tarda en hacer esos vídeos en stop motion?
Depende de muchas cosas, pero cada vez tardo mucho más. Por ejemplo, el vídeo de skate del que hablaba, que eran 19 segundos de animación, fueron 24 días de trabajo constante. Y el de Joseba, que eran 5:30 minutos, pude hacerlo de aquella manera en 2 meses y medio. Digo de aquella manera porque tiene mucho loop, mucha repetición, pero aparte de que me gustan los loops, le pegaba mucho porque la canción también hace loops, y el personaje estaba ‘rayado’. No fue nada fácil, aún y todo, encajar tanto loop y hacer tantos minutos con ritmo y animándolo a 24 movimientos por segundo. Bastante locura.
¿Qué tamaño tienen sus creaciones? Parecen pequeñas, pero tienen todos los objetos a su tamaño. ¿Es difícil conseguirlos? ¿O es un juego de cámara?
El muñeco mide 27 centímetros. Por suerte, he encontrado a Carol (@carols_tiny_boxes) que es la que me está haciendo ahora los escenarios y muchísimos objetos que le dan otra presencia a las animaciones. Y la ropa y los pelos me los hace mi tía Pilar (@pmontes8) desde que empecé, que le da muchísimo realismo a los personajes. Así que me voy haciendo un muy buen equipo.
Tiene un personaje que, me parece, es usted. ¿Qué transmite con él?
Sí, soy yo. Todo empezó cuando vi una muñeca que tenía mi mismo pelo. Así que la compré e hice mi personaje. ¡Qué mejor que meterse con uno mismo! Creo que ha sido lo mejor que me ha pasado con la animación, porque creé el personaje que me acompañará siempre, mi alter ego.
¿Puede vivir de ello o es un hobby?
No vivo de ello. Creo que pasó de distraerme a hobby y luego a una especie de toc sin darme cuenta. Me encanta estar metido en la animación, es increíble. Todo el mundo se cree que se necesita mucha paciencia, yo lo veo hasta estresante. Lo que más se necesita es concentración. Una vez dentro, se detiene el tiempo. Nunca en nada me había sumergido tanto. Creo que me acompañará siempre.